08/05/2019 - 09:31
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El Liverpool afronta su segunda final consecutiva de la Liga de Campeones tras vencer al Barcelona en una noche épica en Anfield.
Todas las apuestas en contra
Pocas personas dieron esperanzas al Liverpool después de su derrota en España la semana pasada, especialmente con Mohamed Salah y Roberto Firmino lesionados.
Pero el entrenador de los Reds, Jurgen Klopp, instó a sus jugadores a seguir creyendo, y planeó una actuación y un resultado extraordinarios.
Origi y Wijnaldum, que sustituyeron al lesionado Andy Robertson en el descanso, marcaron los goles, pero el Liverpool tuvo héroes en todo el campo.
Tal y como Klopp prometió antes del partido, el Liverpool no se detuvo, manteniendo un ritmo asombroso para presionar, acosar y molestar a sus ilustres visitantes, y finalmente derrotarlos.
Un partido para la historia
Con un ensordecedor apoyo de la afición, los Reds realizaron un increíble despliegue de acción para recuperarse y superar su desventaja por 3-0 en el Camp Nou con una salva de cuatro goles sin respuesta por parte del Barça.
Es la primera vez desde 1986, cuando el Barcelona noqueó a Gotemburgo en la antigua Copa de Europa, que un equipo recupera un déficit de tres goles en la ida para ganar una semifinal en esta competición.
Divock Origi comenzó el improbable renacimiento al cabo de siete minutos, pero sólo cuando el suplente Georginio Wijnaldum marcó dos goles en el espacio de 122 segundos después de la pausa, el empate cambió a favor del Liverpool.
El Barcelona se puso nervioso, e incluso Lionel Messi fue incapaz de estabilizar el barco antes de que Origi volviera a marcar con el gol que decidiría la victoria en el marcador global, en un movimiento de Trent Alexander-Arnold que sorprendió a una defensa visitante totalmente dormida.
A estas alturas, Anfield estaba en plena forma y los aficionados locales se mantuvieron en pie para animar a su equipo en los últimos minutos, con un Barça incapaz de dar una respuesta seria.
Un pase a la final merecido
El pitido final trajo celebraciones delirantes sobre el terreno de juego y en las gradas, donde los seguidores de los Reds habían jugado su papel en un partido inolvidable.
El Liverpool ya se ha enfrentado a rivales europeos famosos, sobre todo cuando ganó esta competición por quinta vez en Estambul en 2005, pero se puede decir que fue la más sorprendente de su brillante historia.
Por méritos propios, el 1 de junio estará en la final de Madrid, donde se enfrentará al Ajax o al Tottenham en la final.
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