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El crecimiento de la energía renovable es fundamental para cumplir con los objetivos establecidos para 2030, y muchos países están trabajando arduamente para alcanzar sus metas. Sin embargo, en España se está observando una desaceleración en el desarrollo de fuentes de energía renovable, particularmente en la energía fotovoltaica, que podría tener implicaciones significativas para la Agenda 2030. A continuación, analizaremos las razones detrás de esta ralentización y su impacto en el futuro energético del país.
Crecimiento global de la energía renovable
A pesar de las preocupaciones en España, a nivel global se están superando los objetivos de electricidad procedente de fuentes renovables.
Según el informe Renovables 2024 de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se espera que en 2024 se incorporen 1,2 teravatios (TW) de capacidad eléctrica renovable, de los cuales el 80 % provendrá de energía fotovoltaica, el 12 % de energía eólica y el 8 % de otras fuentes como la hidroeléctrica, nuclear y mareomotriz. Esto sugiere que para 2030, casi el 50 % de la electricidad consumida en el mundo será de fuentes renovables. Mientras 70 países que representan el 80 % de la capacidad de generación están superando sus metas, España parece estar enfrentando desafíos únicos que limitan su crecimiento.
Desaceleración en España: causas y consecuencias
A pesar de las proyecciones positivas a nivel mundial, España experimenta una ralentización en su crecimiento de energía fotovoltaica. Desde 2023, se estima que el crecimiento de esta fuente energética ha disminuido en un 7 %. Este descenso se debe principalmente a la reducción de incentivos gubernamentales para la construcción de parques solares y a una disminución en los volúmenes de subastas. Además, la desaceleración también se refleja en la expansión de sistemas fotovoltaicos distribuidos y en instalaciones en industrias, comercios y viviendas, lo que se ha visto afectado por la reducción de las ayudas fiscales.
La situación es compleja, ya que a España se le ha asignado una cuota significativa de generación de energía renovable, con un objetivo de que entre el 50 % y el 60 % de su electricidad provenga de fuentes renovables, principalmente eólica y solar, para 2030. A pesar de la desaceleración en el crecimiento, en 2023, la producción de electricidad renovable en la península logró superar el 50 %. Esto indica que, aunque hay un aumento en la demanda eléctrica y una ralentización en el crecimiento de la fotovoltaica, las perspectivas siguen siendo favorables. Si esta desaceleración no excede el 20 %, España estará en camino de cumplir sus compromisos.
Perspectivas para Europa y conclusiones
A nivel europeo, la capacidad de energía renovable está en constante aumento, proyectándose que pasará de 894 gigavatios (GW) acumulados en 2023 a alrededor de 1.600 GW para 2030. Se estima que el 70 % de este crecimiento se concentrará en países como Italia, Francia, los Países Bajos, Turquía, Reino Unido y España.
Aunque la producción y expansión de la energía renovable, especialmente la fotovoltaica, podría estar en una trayectoria descendente en España, el país tiene la capacidad de compensar esta desaceleración. Gracias al sobrecumplimiento en los últimos años, España podría alcanzar los objetivos de la Agenda 2030, aunque es esencial abordar los desafíos actuales para asegurar un futuro energético sostenible. La colaboración entre el sector público y privado, junto con un enfoque renovado en políticas de apoyo a las energías renovables, será crucial para navegar los retos que se avecinan y garantizar una transición energética efectiva en el país.
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