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Puerto Príncipe, 30 jul (EFE).- La huelga convocada para hoy por la oposición política haitiana y por el sector del transporte fue escasamente secundada en el país debido, en parte, al amplio despliegue policial previsto por las autoridades.
Solo algunos negocios, principalmente vinculados al transporte, hicieron seguimiento del paro en Puerto Príncipe, la capital, donde el dispositivo policial se hacía presente en calles del centro de la ciudad y de las afueras desde primeras horas de la mañana.
Cuerpos especiales de la Policía fueron desplegados para evitar que el bloqueo de las calles y para ofrecer seguridad a los ciudadanos en el desarrollo de la jornada.
El ministerio de Justicia llamó esta mañana a la población a permanecer alerta y a evitar incidentes dado que las fuerzas de seguridad tenían orden de velar por la integridad de las personas que salieran a la calle así como de sus bienes.
Aún así, entre la población existía cierto temor a que se repitieran los sucesos violentos registrados entre el 7 y el 8 de julio, disturbios que dejaron 20 muertos, según un informe de la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos (Rnddh).
Estos hechos tuvieron su origen en el anuncio del gobierno, el seis de julio, de una subida en el precio de los combustibles, medida que dejó posteriormente sin efecto a causa de la presión social, y que degeneró en una crisis que llevó al primer ministro Jack Guy Lafontant a renunciar a su cargo.
El jefe de la Policía Nacional Haitiana (PNH), Michael Gédéon, compareció la semana pasada en el parlamento para responder por la ineficacia de las fuerzas del orden a la hora de contener las turbas que arrasaron con negocios, vehículos, fábricas y supermercados en Puerto Príncipe y otros puntos del país.
Gédéon se excusó señalando que el Gobierno no le comunicó la medida de incrementar los carburantes, y explicó que su institución no dispone de los equipos necesarios para responder a "algunas situaciones", por lo que pidió mayor apoyo del Gobierno para realizar un "mejor trabajo".
Transcurridas más de dos semanas desde la dimisión del primer ministro, el presidente del país, Jovenel Moise, aún no ha elegido a un sucesor para Lafontant, y la población permanece en la incertidumbre.
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