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Bruselas, 4 feb (EFE).- A tres días del cierre, el próximo miércoles, del plazo para presentar candidaturas a la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), España aún no ha desvelado quién va a postular a ese cargo, al que también aspira el gobernador del Banco Central Irlandés (ICB), Philip Lane.
El Gobierno español repite desde hace meses que está garantizado que el sillón será para un español, y aunque no ha dado nombres, tanto en Madrid como en Bruselas se da por sentado que la baza española para ir a Fráncfort será el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien hasta ahora no ha confirmado su intención de optar a la vicepresidencia pero tampoco lo ha descartado.
El pasado viernes el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, aseguró que el Ejecutivo "aún no ha tomado ninguna decisión" al respecto.
El segundo sillón con más peso del comité ejecutivo que dirige la institución, encargada de la política monetaria y la supervisión bancaria de la eurozona y que ahora ocupa el portugués Vítor Constancio, quedará vacío el 31 de mayo.
El plazo para presentar las candidaturas termina el próximo 7 de febrero a las 17.00 horas (16.00 GMT), según indicaron fuentes del Consejo y se espera que el nuevo vicepresidente sea designado en una reunión de los ministros europeos de Economía y Finanzas el 19 de febrero.
El sucesor tendrá luego que ser avalado por los jefes de Estado de los Veintiocho en su cumbre del 22 de marzo.
Antes de que los líderes den luz verde, el BCE puede emitir una opinión sobre la validez del elegido y una comisión de la Eurocámara organizar una audiencia con él, aunque el Parlamento Europeo no podría vetar el nombramiento porque sus veredictos no son vinculantes.
La Eurocámara defiende que se garantice un equilibro de género entre los candidatos al comité del ejecutivo del BCE, donde la única mujer es la alemana Sabine Lautenschläger.
El nuevo vicepresidente asumiría el cargo el 1 de junio por un periodo de ocho años no renovable, con tareas centradas en la estabilidad financiera, las políticas microprudenciales o la investigación.
El artículo 283 del Tratado de la UE que rige la elección de los miembros del comité ejecutivo solo exige que sean "personas de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios" y nacionales de algún Estado miembro.
El puesto no es incompatible con haber ejercido responsabilidades políticas en el pasado y tampoco existen normas que fijen periodos de transición entre el abandono del puesto previo y la entrada en el comité, precisan desde el BCE.
Pero en una institución cuya independencia política está consagrada en sus tratados y estatutos, nunca se ha dado el caso de que alguien salte directamente de un Gobierno al comité ejecutivo, formado tradicionalmente por ex altos cargos de bancos centrales y técnicos.
Vítor Constancio ha sido el único miembro desde que el comité empezó a funcionar en 1998 que antes de entrar, en 2010, fue ministro de Finanzas, solo por un año en 1978.
Según el ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe, el gobernador del Banco Central Irlandés (ICB), Philip Lane, quien dirige esa entidad desde 2015, tiene una trayectoria "extraordinaria" en el terreno de la política económica y financiera, lo que le convierte en el candidato "ideal" a un puesto.
El Gobierno de Rajoy argumenta que España está infrarrepresentada en las instituciones comunitarias y confía en ganar peso con la vicepresidencia de una institución que la crisis financiera ha consolidado como actor clave internacional.
España no tiene representantes al frente de las principales instituciones económicas comunitarias, como el Mecanismo Europeo de Estabilidad o el Banco Europeo de Inversiones, renunció a proponer candidato a presidir el Eurogrupo y además no se sienta en la ejecutiva del BCE desde 2012.
El comité ejecutivo del BCE tiene seis miembros, decide por mayoría cualificada y actualmente está compuesto por el italiano Mario Draghi como presidente, el portugués Vítor Constancio en la vicepresidencia y un miembro francés, Benoît Coeuré, una alemana, Sabine Lautenschläger, un belga, Peter Praet, y un luxemburgués, Yves Mersch.
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