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Bruselas, 8 feb (EFE).- España apuesta por mantener las ayudas a la agricultura y la política de cohesión como pilares del próximo marco financiero plurianual de la Unión Europea (UE), que cubrirá el periodo 2021-2027, según un documento difundido hoy sobre la posición del país de cara a la negociación de la cuestión.
El texto también resalta la importancia de las inversiones en energía, educación e investigación en un contexto marcado, no obstante, por la salida del club comunitario del Reino Unido, uno de los principales contribuyentes a las cuentas, y por el mayor protagonismo de partidas como la inmigración, la seguridad y la defensa.
"El nuevo marco tendrá que afrontar nuevas circunstancias y desafíos. Debemos adaptarnos a la marcha de un socio importante. También tenemos que responder a necesidades en áreas políticas importantes como inmigración y gestión de las fronteras, seguridad y defensa interna y externa, cambio climático, desertificación y desafíos demográficos", se lee en el documento.
En cualquier caso, España pone el acento sobre la Política Agraria Común (PAC), "el instrumento central" para garantizar la seguridad alimentaria y los estándares de calidad y protección de la salud, además de ser "una herramienta fundamental para la cohesión territorial".
"Como una de las pocas políticas genuinamente comunes, la política agraria debería seguir siendo central en el presupuesto de la UE y, por tanto, no puede pasar a un esquema de cofinanciación", reza el escrito.
Para España, la cofinanciación de la PAC "distorsionará la igualdad de oportunidades entre los agricultores europeos" y, en consecuencia, "causará importantes disrupciones".
El país sí es partidario, sin embargo, de que la Política Agraria Común tenga en cuenta "nuevos desafíos", como la lucha contra el cambio climático, incluidas la sequía y la desertificación.
En materia de cohesión, el Gobierno español recalca que las divergencias económicas entre los Estados miembros afectan al funcionamiento "eficaz" del mercado interior y son "una fuente de tensiones para la Unión Europea".
Así, Madrid insta a que los fondos sigan vinculados al desempleo o las tendencias demográficas y tomen en consideración el impacto del cambio climático.
También plantea que se tenga en cuenta la capacidad de los países y sus regiones de emplear de manera eficaz los fondos de cohesión.
En ese sentido, España sugiere asignar los fondos mediante un mecanismo de dos tramos en el próximo marco financiero plurianual.
El primero aseguraría el acceso a una cantidad "suficiente" de dinero para responder a los objetivos considerados "esenciales", en función de la capacidad del territorio de utilizar los fondos con eficacia.
El segundo tramo sería para los Estados miembros o regiones que demuestran una capacidad "extra" de absorber las ayudas y aplican "políticas específicas de convergencia".
Asimismo, España destaca entre las políticas para promocionar el crecimiento y el empleo las partidas para infraestructuras energéticas, educación e investigación y desarrollo.
Por lo que a seguridad y defensa se refiere, Madrid pide que el nivel de cofinanciación nacional, es decir, la aportación de cada país para recibir la financiación comunitaria, sea "tan bajo como resulte posible", de modo que así se refleje la prioridad de estas materias en el ámbito comunitario.
También subraya que las iniciativas de la UE deben complementar las de sus países miembros y asumir programas y gastos "con un claro valor europeo añadido".
En el ámbito migratorio, pone el acento sobre la integración de los inmigrantes en los Estados miembros.
La Comisión Europea tiene previsto presentar su propuesta para el próximo marco financiero plurianual, que cubrirá el periodo 2021-2027, el próximo mayo, momento a partir del cual comenzarán las negociaciones con el Consejo (los Estados) y la Eurocámara.
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