Con un 4,6 %, España es el país de la UE con menor tasa de asilo, frente al 30 % comunitario

Después de que los talibanes tomaran el poder de Afganistán, miles de personas tratan de salir del país. El aeropuerto lleva colapsado desde el mismo día que entraran en la capital, Kabul, con el fin de huir a Estados Unidos y Europa. España es el centro logístico de acogida de la población afgana.

Este miércoles, el presidente estadounidense, Joe Biden, llamó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras ofrecerle este último las bases aéreas de Torrejón de Ardoz (Madrid) y Morón de la Frontera (Sevilla). Hasta ayer habían llegado 815 refugiados, según el Ministerio de Interior.

Tres de cada cuatro de ellos han pedido asilo a España. Lo que está por ver es cuántas peticiones serán concedidas. En 2020 el país rechazó en primera instancia el 59,1 % de las peticiones tramitadas, según datos de Eurostat. En total, de las 124.795 solicitudes, que incluyen también presentadas en años anteriores, el Gobierno denegó 73.740, mientras que 55.415 de ellas obtuvieron protección por razones humanitarias. Solo lograron ser refugiados 4.360 personas, el 3,5 % de todas las peticiones de asilo.

Por otro lado, el año pasado solicitaron asilo a España 88.530 migrantes. Esto supone la tercera cifra más alta de la Unión Europea. En cabeza sitúan Alemania, con 121.955, y Francia, con 93.200.

España es el país de la Unión Europea con menor tasa de asilo

El Gobierno solo concedió estatus de refugiado o de protección subsidiaria -la que mayor protección internacional ofrece- al 4,6 % de los solicitantes, que además, dio amparo en mayor o menor medida al 40 % de las peticiones de amparo. Es la tasa más baja de asilo de la Unión Europea y seis veces por debajo del 30 % que tiene la media comunitaria.

Los migrantes de Latinoamérica tienen un importante peso en el perfil de solicitantes que piden asilo a España, más del 80 %. Sumado a la violencia que se vive en varios países de Centroamérica y Colombia, en conjunto las solicitudes se han disparado desde 2015. Según el Ministerio del Interior y CEAR, hace seis años había 14.881 solicitudes de amparo y en 2019 había 118.264. Es decir, se multiplicaron por 45.

Entre 2019 y 2020 se tramitaron decenas de miles de peticiones de migrantes venezolanos, para los que el Gobierno decidió otorgar protección por razones humanitarias con carácter general al no ajustarse la mayoría de los casos a la definición de refugiado, según indica a 20 Minutos Elena Muñoz, abogada y portavoz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

Diferencias entre protección por razones humanitarias y refugiado

La figura legal mencionada permite a los solicitantes de amparo obtener un permiso de residencia y trabajo temporal de un año prorrogable si se mantiene la situación que produjo su desamparo, tal y como apunta el medio. Esta se regula por el marco jurídico de la Ley de Extranjería, que limita los derechos comparados con los refugiados de pleno derecho, ya que no prohíbe la deportación y no es una figura legal reconocida internacionalmente.

Sin embargo, en el caso de los venezolanos, explica Muñoz, la renovación de los permisos es la tónica general y solo conocen algunos casos de deportaciones relacionados con los antecedentes penales. 

Por el contrario, el estatus de refugiado excluye la deportación, otorga un permiso de residencia permanente y de reconocimiento internacional y tiene derecho a la reagrupación de familiares directos. También cuenta con mayor facilidad para acogerse a los beneficios sociales y pueden obtener la nacionalidad española a los cinco años de residencia y no a los diez. La portavoz del CEAR explica al diario que el porcentaje de protección internacional en España es "muy bajo" y que "hay margen de mejora", y añade la problemática de la persecución por grupos armados que pueden sufrir este colectivo.

España, entre los países europeos que menos refugiados afganos acoge

De las 127 peticiones de asilo de afganos tramitadas en 2020 fueron concedidas el 74 %, según datos del Ministerio del Interior recogidos por CEAR, cifra que sitúa a Afganistán en la quinta posición con mayor tasa de reconocimiento. quinto país con mayor tasa de reconocimiento. Es por ello que la abogada apunta a que los nuevos solicitantes "no deberían encontrar demasiados problemas a la hora de ser reconocidos como refugiados de pleno derecho".

Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) de 2019, España solo acoge a 395 refugiados afganos, cifra muy distante de los 140.366 de Alemania, los 37.276 de Austria, los 30.546 de Suecia, los 24.293 de Francia o los 17.849 de Italia. De los más de 3,5 millones refugiados afganos censados en el mundo -más de 270.000 desde enero de este año, principalmente por el repunte de violencia por la ofensiva talibán en el país-, más de 2 millones viven en los países vecinos Pakistán e Irán.

Las personas desplazadas y los solicitantes de asilo son cada vez más y necesitan ayuda

Esta noticia que sacude el mundo es solo la punta de lanza de un drama que sucede en una gran cantidad de países desde hace muchos años. Según Acnur, 82,4 millones de personas estaban desplazadas por la fuerza a finales de 2020. Entre las causas que apuntan, indican la persecución, conflictos, violencia, violaciones de los derechos humanos o eventos que perturbaron gravemente el orden público.

Los datos de Acnur alarman por el crecimiento exponencial de personas que se ven en la obligación de desplazarse. En 2011 había 895.000 solicitantes de asilo en el mundo, cifra que aumenta a 4,1 millones en 2020. Los datos de desplazados internos van en paralelo a la curva de solicitudes, aunque son mucho mayores. En 2011 Acnur contabilizó 22,4 millones de desplazados. En 2020 ya eran 48 millones de personas.

Los conflictos armados dejan un panorama desolador en regiones que además están azotadas por multitud de problemas estructurales y por las sequías y el hambre que causa el cambio climático, unido a las epidemias de enfermedades como malaria o ébola, principalmente en el cuerno de África. Solo en Somalia más de 3 millones de personas sufren hambre severa, de los que 800.000 son niños menores de 5 años.