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España se posiciona como el país de la OCDE con la menor diferencia en los resultados educativos entre los estudiantes de nivel socioeconómico alto y bajo, según el informe “Panorama de la Educación 2024. Indicadores de la OCDE”. Entre los estudiantes de clases más altas y los más vulnerables existe una diferencia de 62 puntos, lo que equivale a un curso escolar y medio, según los expertos. En comparación, países como Brasil tienen una brecha mucho mayor, que llega a los 150 puntos.
Este informe destaca que, aunque el rendimiento de los estudiantes está influido por el entorno socioeconómico familiar, España y Países Bajos presentan las disparidades más pequeñas entre los países analizados. En España, el nivel socioeconómico afecta menos al rendimiento de los estudiantes que en otros países de la OCDE, lo que refuerza la equidad del sistema educativo español en cuanto a resultados.
Reducción de la población con estudios básicos
El análisis también muestra una tendencia positiva en la educación de la población joven adulta en España. Entre la población de 25 a 34 años, el porcentaje de personas con estudios básicos ha disminuido significativamente, pasando del 34,7 % en 2016 al 25,7 % en 2023. A pesar de esta mejora, España sigue estando por encima de la media de la OCDE (13,6 %) y de la Unión Europea (12,3 %) en cuanto a la proporción de jóvenes con un bajo nivel educativo. La mejora de la educación básica es esencial para reducir la desigualdad a largo plazo y asegurar un futuro con más oportunidades para los jóvenes españoles.
Un aspecto importante es la diferencia en el nivel de formación entre la población nativa e inmigrante. Según el informe, el 33,6 % de los españoles de entre 25 y 64 años tiene un nivel educativo inferior a la segunda etapa de secundaria, mientras que este porcentaje aumenta al 43,4 % entre las personas nacidas fuera del país. Esta tendencia también se observa en otros países de Europa como Alemania, Francia e Italia. Sin embargo, en países como Chile, Irlanda y Reino Unido, la población inmigrante tiende a tener un nivel educativo superior al de los nativos.
Desigualdades regionales
El informe destaca que, aunque los datos nacionales son relevantes, ocultan desigualdades regionales significativas. En España, las diferencias en el nivel educativo entre regiones son notables. Por ejemplo, el porcentaje de personas con educación terciaria (estudios universitarios o formación profesional superior) varía del 21,2 % en Ceuta al 55,7 % en el País Vasco.
Es importante señalar que en Ceuta y Melilla las competencias educativas dependen directamente del Gobierno central, mientras que en el País Vasco la educación privada y concertada tiene un peso importante.
Gasto en educación y becas
Durante el año 2021, el gasto total por estudiante en España fue de 12.426 dólares, una cifra ligeramente inferior a la media de la OCDE, que es de 14.209 dólares. Sin embargo, el informe subraya que España ha aumentado significativamente la inversión en educación en las últimas décadas. Esto ha permitido, entre otros logros, un aumento del número de estudiantes que reciben apoyo económico público. En el curso 2022/2023, el 40 % de los estudiantes en España se beneficiaron de becas, lo que supone un incremento de siete puntos porcentuales respecto a la década anterior.
En cuanto a la escolarización temprana, el informe señala que la tasa de matriculación en la etapa de 0 a 3 años ha crecido 10 puntos en la última década, superando las medias de la OCDE y de la UE. Además, el porcentaje de jóvenes entre 25 y 34 años con estudios superiores ha aumentado 11 puntos, pasando del 41 % al 52 % entre 2016 y 2023, lo que refleja una clara mejora en el acceso a la educación terciaria.
Así las cosas, el informe de la OCDE muestra que, aunque persisten algunos retos, el sistema educativo español ha logrado avances significativos en la reducción de la brecha educativa y en el acceso a la educación superior, lo que contribuye a una mayor equidad entre los estudiantes.
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