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Sao Paulo, 22 ene (EFE).- El presidente da General Mortors (GM) en el Mercosur, Carlos Zarlenga, y representantes de sindicatos se reunieron este martes en Brasil para tratar el futuro de las plantas de montaje en el país suramericano, en medio de la reestructuración global anunciada por la empresa.
GM confirmó que la realización de futuras inversiones en Brasil dependerán de las negociaciones con las autoridades locales, las centrales obreras y los proveedores, según informó el sindicato de los metalúrgicos de Sao José dos Campos, localidad del estado de Sao Paulo donde se encuentra una de las fábricas del grupo.
En un comunicado, el sindicato rechazó cualquier plan que implique "despidos y flexibilización de derechos", pero recalcó que está abierto a las negociaciones para garantizar empleos, salarios y derechos de los trabajadores.
La primera ronda de conversaciones se inició este martes, en un encuentro en el que participaron Zarlenga, representantes de los sindicatos de Sao José dos Campos y Sao Caetano do Sul y los alcaldes de sendas ciudades, en las cual GM tiene plantas de montaje.
"Estamos en contra de la reestructuración y no aceptaremos que los trabajadores paguen la cuenta con sus empleos. GM es líder del mercado y no hay ningún motivo que justifique el cierre de fábricas, como se ha anunciado" en otras partes del mundo, afirmó el vicepresidente del sindicato de Sao José dos Campos, Renato Almeida.
General Motors alertó en un comunicado enviado a sus trabajadores que la situación de la empresa "es crítica", lo que causó recelo entre los sindicatos ante la posibilidad de la compañía pudiese salir de Brasil y de Sudamérica.
"Repudiamos esta posibilidad de paralización de la producción en Brasil y Latinoamérica y también que nos sea exigido más sacrificio, como dice el comunicado de la empresa, ya que fueron realizadas varias concesiones a GM y la empresa siempre quiere más", resaltaron representantes de varias centrales obreras en un comunicado enviado la víspera.
GM anunció el año pasado que espera eliminar en 2019 un 15 % de los empleos del grupo con el cierre de la producción en siete fábricas: una en Canadá, cuatro en Estados Unidos y otras dos en el resto del mundo.
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