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Río de Janeiro, 20 mar (EFE).- La organización internacional Greenpeace denunció hoy un sistema generalizado de fraude de varias madereras brasileñas, que, para poder exportar la madera de los Lapachos, especie protegida y de gran valor en el mercado, falsifican inventarios forestales.
La organización ecológica explicó en el informe "Árboles imaginarios, Destrucción Real" publicado este martes, que la manera en que los ingenieros forestales corruptos suelen esquivar las restricciones de exportación es identificando las especies valiosas o protegidas como árboles indeseables, sobrestimando volúmenes de árboles valiosos, o enumerando especímenes inexistentes.
"En la actualidad es seguro decir que es casi imposible garantizar si la madera de la Amazonía brasileña se originó a partir de operaciones legales, y mucho menos de operaciones que no violan los derechos humanos o las leyes ambientales", afirmó el activista de Greenpeace Rómulo Batista.
Según el estudio "Árboles imaginarios, Destrucción Real", las deficiencias en el proceso de concesión de licencias para los planes de manejo forestal a nivel regional facilitan la tala ilegal de árboles Lapachos.
A partir de estos inventarios fraudulentos, las agencias estatales emiten créditos para la recolección y el movimiento de madera no existente, los cuales se usan después para "cocinar los libros" de los aserraderos que procesan árboles talados ilegalmente de bosques en tierras indígenas o áreas protegidas.
El alto valor que la madera de Lapacho adquiere en el mercado, en torno a los 2.500 dólares por metro cúbico, hace que sea rentable para los madereros ilegales la penetración profunda en el bosque y la tala indiscriminada, lo que, junto al débil sistema de licencia, está causando graves daños en la Amazonía, apuntó Greenpeace.
El informe de la ONG mostró que entre 2013 y 2017 el 77 % de los inventarios presentados por los madereros ante las autoridades registraron volúmenes de árboles Lapachos por encima de los niveles que la ciencia considera como naturales, en algunos casos, este "súper relleno" alcanzaba hasta 10 veces más de lo que se considera natural.
Desde marzo de 2016 hasta septiembre de 2017, 37 empresas estadounidenses importaron 10.170 metros cúbicos de madera de esta especie de planes de manejo forestal con indicios de ilegalidad, colocando a los Estados Unidos en la lista de países que más importan madera de áreas en riesgo.
Por detrás de Estados Unidos estaba Francia, Portugal, Bélgica y los Países Bajos. En total 11 países de la UE importaron 9.775 metros cúbicos de Lapacho en ese plazo.
Greenpeace enfatizó en su estudio que los principales estados productores de madera en la Amazonía brasileña -Mato Grosso y Pará- operan sin un sistema integrado de licencias y control forestal, lo que hace que sea más difícil hacer frente a los fraudes.
La ONG apuntó que es necesario implementar un sistema transparente y centralizado, integrado con los sistemas estatales de licencias forestales, y vigilar la cadena de custodia, registrar las identidades de las empresas que compran y venden madera a nivel nacional, así como rechazar el envío de documentos que muestren evidencia de fraude.
"Brasil necesita urgentemente una regulación forestal y un sistema de aplicación capaz de garantizar que toda la madera talada en la Amazonía brasileña se extraiga legalmente y teniendo plenamente en cuenta los derechos de sus pueblos indígenas y otros habitantes tradicionales", manifestó Batista.
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