Historia: Las mentiras que tratan de adoctrinar a los estudiantes catalanes

Una serie de expertos llevan años advirtiendo y denunciado el adoctrinamiento que sufren los estudiantes catalanes a través de libros escolares que les ofrecen una visión sesgada e incompleta de los hechos históricos y les impide competir en igualdad de condiciones con respecto a los estudiantes de otras comunidades autónomas en el dominio de la Historia.

La historia 'fake' que alimenta al independentismo

Uno de ellos es Antonio Carmona, profesor y doctor en Historia que ha tratado de desentrañar en 'Mitos y leyendas del nacionalismo catalán' la historia falseada por el independentismo catalán con un libro bibliográfico que cita cerca de 180 fuentes entre libros y otros documentos en los que se basa.

"Este no es un libro contra Cataluña sino contra las mentiras del independentismo catalán", ha precisado a La Opinión de Málaga Antonio Carmona, doctor en Historia y profesor jubilado, quien ha publicado recientemente en la editorial 'Última línea' el libro 'Mitos y leyendas del nacionalismo catalán' con una portada en la que un San Jordi, estelada en ristre y a modo de picador, se enfrenta a un toro español.

El procés disparó las alarmas sobre el uso político de la educación en la comunidad. Las denuncias de familias y profesores contrarios al adoctrinamiento han sacado las vergüenzas de un sistema politizado y diseñado para fomentar la idea de una Cataluña independiente y promover el nacionalismo en todos los ámbitos de la sociedad.

Con la dominación musulmana se rompe ese mito de la sangre pura catalana

El profesor ha asegurado que "mucho antes de que se produjera todo el procés que llevó al 1 de octubre ya me interesó este asunto, así que empecé a leer y a investigar". Con el respaldo de las cerca de 180 fuentes consultadas, la mayoría libros, pero también otros documentos, el profesor abordó esa búsqueda de una Historia apropiada del soberanismo para así poder afirmar que Cataluña es una nación, proceso que comienza con el surgimiento del nacionalismo catalán a finales del XIX.

Ramón Berenguer IV, que era catalán, se convierte en jefe de la dinastía aragonesa, asegura Carmona, por ello la 'corona catalanoaragonesa' nunca existió. "Los independentistas silencian lo que quieren y destacan lo que les interesa", por eso no mencionan demasiado el Tratado de Corbeil de 1258 entre los reyes de Francia y Aragón, por el que los condados catalanes se desvinculan de Francia y pasan a Aragón, subraya.

"Con la dominación musulmana se les rompe ese mito de sangre pura catalana procedente de Francia, pero es que los valles frutales de Lérida fueron creados por musulmanes", recuerda Carmona. Por lo que minusvaloran, de forma interesada, la presencia musulmana en Cataluña, para desmarcarse del resto de España. En este sentido, menciona las tesis nacionalista de que los catalanes no están contaminados por sangre semita, en este caso musulmana, sino que tienen origen francés.

Un elemento peligroso: el supremacismo

Para Carmona, esa referencia a la pureza de sangre establece un elemento peligroso: el supremacismo. El historiador también se detiene en la piedra fundacional del nacionalismo soberanista, la Guerra de Sucesión, que el experto califica de guerra internacional e incluso de guerra civil y niega que fuera un conflicto entre Cataluña y España.

El texto de Antonio Carmona también cuestiona la historia de la continuidad de los presidentes de la Generalitat, lo que supondría que Cataluña hubiera tenido hasta la fecha 131 presidentes. "La Generalitat era en su origen una comisión encargada de cobrar impuestos en nombre del Rey de Aragón, una entidad, al principio, puramente administrativa, sin presidente y que también existía en Aragón y Valencia. Cuando Tarradellas reconoce ante Suárez que la Generalitat se restaura hace referencia a que es heredera de la de la II República, no la de la Edad Media", remarca.

El autor lamenta que en el siglo XXI los mitos y leyendas sigan en auge entre el independentismo como forma interesada de moldear la Historia, por lo que, a su juicio, una independencia de Cataluña no tendría sentido desde el punto de vista histórico.