Productos de asistencia inexistentes para personas mayores y con discapacidad

Según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, más de 2.500 millones de personas necesitan uno o más productos de asistencia, como lo son las sillas de ruedas, audífonos o apps que apoyen la comunicación y lo que tiene que ver con lo cognitivo.

Asimismo, el estudio refleja como esa cifra de personas con discapacidad o mayores, no tienen acceso a esos productos de asistencia, y más aún en los países de ingresos bajos y medios.

Por otro lado, con este informe advierten de que para 2050 el número de personas que necesita estos objetos aumente a 3.500 millones, por el envejecimiento de la población y el aumento de la prevalencia de enfermedades no transmisibles en todo el mundo.

Los productos de asistencia no pueden no ser accesibles

Asimismo, ambas organizaciones denuncia que dos tercios de las personas que disponen de productos de asistencia tuvieron que pagar de su propio bolsillo, o haber necesitado a la familia y amigos para cubrir sus necesidades.

Por otro lado, las carencias también se notan en la prestación de servicios y en la formación de personal para la tecnología de asistencia, en especial en los ámbitos cognitivos, la comunicación y el autocuidado.

Según la OMS, ya apuntaban como principales obstáculos "la falta de concienciación y los precios inasequibles, la falta de servicios, la calidad, la gama y la cantidad inadecuadas de los productos, y los problemas de adquisición y de la cadena de suministro".

Es por ello que reivindican que tanto las tecnologías de asistencia como los productos de asistencia son vitales para que estas personas participen en la vida comunitaria en igualdad de condiciones.

Al no tener un fácil acceso se sufre de exclusión, y se corre el riesgo de aislamiento, vivir en la pobreza, volviéndose altamente dependientes de la familia, la comunidad y el Gobierno, según la OMS.

Es por ello que el impacto positivo "va más allá de la mejora de la salud, el bienestar, la participación y la inclusión de los usuarios individuales: las familias y las sociedades también se benefician".

«Por ejemplo, la ampliación del acceso a productos de asistencia de calidad, seguros y asequibles permite reducir los costes sanitarios y de bienestar, como los ingresos hospitalarios recurrentes o las prestaciones estatales, y promueve una mano de obra más productiva, estimulando indirectamente el crecimiento económico», agregan.

Se reducen costes sanitarios y de bienestar si se cuenta con la accesibilidad necesaria

"La tecnología de asistencia cambia la vida: abre la puerta a la educación de los niños con deterioro cognitivo, al empleo y a la interacción social de los adultos que viven con discapacidad; y a una vida independiente y digna para las personas mayores. Negar a las personas el acceso a estas herramientas no sólo es una infracción de los derechos humanos, sino que es una miopía económica. Hacemos un llamamiento a todos los países para que financien y den prioridad al acceso a la tecnología de asistencia y den a todo el mundo la oportunidad de desarrollar su potencial», ha comentado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus

"Casi 240 millones de niños tienen discapacidades. Negar a los niños el derecho a los productos de asistencia que necesitan para prosperar no sólo perjudica a cada uno de ellos, sino que priva a las familias y a sus comunidades de todo lo que podrían aportar si se cubrieran sus necesidades. Sin acceso a tecnología de asistencia, los niños con discapacidad seguirán perdiendo su educación, seguirán corriendo un mayor riesgo de trabajo infantil y seguirán siendo objeto de estigmatización y discriminación, lo que socava su confianza y bienestar", ha añadido la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.