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La campaña madrileña ha hecho que los cimientos de la izquierda española comenzaran a temblar: el reloj electoral sonó a Pablo Iglesias. La posibilidad de ganar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le hace feliz y, por ello, ha optado por hacer lo mismo que hizo Salvador Illa en febrero, presentarse a las elecciones regionales. Esto ha provocado un cambio de piezas en el Gobierno: el puesto de Iglesias en la vicepresidencia le ocupa Nadia Calviño, que asciende de la vicepresidencia tercera a la segunda.
La vicepresidencia tercera y el liderato de Podemos recae en las manos de Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo. Las dos caras de la izquierda nacional han coincidido en trasladar un mensaje de unidad más allá de las elecciones madrileñas. Ambos quieren cuidar la coalición de izquierdas y que los problemas se disminuyan para poder terminar la legislatura, un aspecto que podría ser beneficioso para ambos.
La izquierda apuesta por cuidar la coalición
La ministra de Trabajo y vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz, apuesta por cuidar la coalición que mantienen las dos fuerzas de izquierdas. Sánchez, al escuchar este mensaje no ha dudado en sumarse a él ya que, gran parte del área económica en el Gobierno se suma tras conocer de cerca a Díaz.
Además, la gallega llega con unas intenciones muy claras. Más dialogante que su predecesor en el cargo, está dispuesta a volver a tejer algunas de las diferencias en el pasado. Ahí es donde algunos en el PSOE quieren esperar a ver cómo funciona la negociación con Díaz y qué papel real tiene Pablo Iglesias en ella ahora que está fuera del Ejecutivo.
El éxito del PP no rompería nada
La mayoría de las encuestas han pronosticado que el 4M la victoria sería para Isabel Díaz – Ayuso. Lejos de ser un aviso y de sonar tambores de guerra entre Sánchez y Díaz, ambos han declarado que el pacto de la izquierda se mantendrá estable que ayuda no solo a los ciudadanos sino también a los dos grupos políticos que podrán llegar en mejores condiciones a las elecciones generales.
En La Moncloa creen que un gran resultado de la candidata del PP es un problema para Casado porque debilita su liderazgo interno y además le fuerza a derechizarse, porque dependerá aún más de Vox. Todo camina pues, o al menos así lo ven en el PSOE y Unidas Podemos, a consolidar la legislatura.
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