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Bruselas, 15 dic (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, pidió hoy a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que apliquen reformas estructurales en casa y a nivel de la eurozona para estar preparados en caso de que surjan nuevos retos en el futuro.
Draghi, invitado a participar en la cumbre del euro que han celebrado todos los países salvo el Reino Unido, advirtió una vez más a los Estados de que deben seguir acometiendo reformas estructurales a nivel nacional, pero también de que es necesario "mejorar las estructuras de la eurozona".
"Tenemos que estar listos en caso de que surjan nuevos desafíos", dijo el jefe del BCE, según fuentes europeas.
"La actual expansión impulsa la convergencia económica entre Estados miembros. Para hacer la expansión sostenible también necesitáis convergencia de políticas vía reformas estructurales", les instó.
El político italiano llamó en particular a implementar las partes de la Unión Bancaria que ya están acordadas en principio, sin referirse en concreto a ninguna de las medidas sobre la mesa.
En su nota previa a los Estados, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya había señalado que esta debe ser una prioridad.
Había destacado además que entre las medidas que cuentan con mayor consenso entre las capitales están la adopción gradual del Sistema de Garantía de Depósitos y la constitución del cortafuegos del Fondo Único de Resolución bancaria europeo, medidas clave para completar la unión bancaria.
Draghi, sin embargo, no precisó qué propuestas considera que deberían recibir prioridad de cara al futuro.
Los líderes de los Veintisiete abordaron hoy las propuestas para reforzar la eurozona, aunque no se esperan decisiones concretas hasta mediados de 2018, para cuando los países esperan tener consensuada una "hoja de ruta" para los próximos años cuyo nivel de ambición dependerá de los progresos que logren conseguir hasta entonces.
Los países están divididos sobre qué iniciativas deben salir adelante, como quedó patente en la reunión con una breve discusión entre el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro holandés, Mark Rutte.
Según las citadas fuentes, el primero sería partidario de celebrar otra cumbre centrada en el euro en marzo previa a la de junio para que no decaiga el impulso reformista, mientras que el segundo no vería la necesidad de hacerlo.
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