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Las manchas cutáneas son un problema común que afecta a personas de todas las edades sin importar el tipo de piel o el tono de la misma. La exposición excesiva a la radiación solar sin protección es una de las principales causas de su aparición y pueden empeorar con el tiempo por el envejecimiento natural e incluso derivar en problemas médicos más graves.
Recomendaciones a la hora de tratar la piel con manchas
Los expertos en medicina estética suelen aplicar la mayoría de los tratamientos en otoño e invierno para evitar la exposición solar. Sin embargo, es necesario cuidar el cuerpo en la temporada previa a verano. De cara a prevenir, cuidar y tratar la piel con manchas, la doctora y médico estético Graziella Moraes facilita este decálogo de recomendaciones:
- Hidratarse. Conviene beber un mínimo de 2 litros diarios, más aún en verano, cuando sudamos más y nuestro cuerpo se somete a altas temperaturas.
- Depilarse en zonas sensibles. Hay que tener precaución con el uso de cuchillas, pues dañan la piel y producen pequeñas irritaciones o heridas que pueden infectarse, sobre todo con la arena o el salitre (el cual debe retirarse con agua y jabón, con especial delicadeza). La cera debe evitarse en las zonas sensibles y en el rostro, pues este puede quemarse y favorecer la aparición de manchas.
- Exfoliar la piel, también en verano y cada semana o cada 15 días, para eliminar las células muertas. Por supuesto, con productos naturales e hipoalergénicos que no irriten la piel o acudiendo a un especialista en medicina estética.
- Prestar atención a las pieles grasas, más propensas a las espinillas y los poros obstruidos. Requieren más atención porque el sol aumenta la producción de sebo. Se necesita limpieza, exfoliación y foto protección específica.
- Aplicar protección solar como parte de la rutina diaria, cada dos horas, en cualquier situación en la que nuestra piel se exponga al sol o esté nublado y en cualquier espacio, no solo en playas o piscinas. La radiación ultravioleta produce quemaduras, manchas e irritación y puede ser peligrosa.
- Proteger cada zona del cuerpo. Debe usarse un protector adaptado para nuestro tipo de piel y diferenciar entre el destinado al cuerpo y el de la cara, igual que no olvidarnos de los labios, que tienen la piel más fina y sensible.
- Regular la exposición al sol, sobre todo durante las horas centrales del día, entre las doce y las cuatro, en las que los rayos indicen con más fuerza.
- Usar ropa adecuada, de materiales transpirables y no demasiado ajustados, de modo que haya suficiente ventilación para evitar sudoración excesiva, rozaduras o reacciones alérgicas en la piel. Igualmente, es aconsejable utilizar sombreros, gorras y gafas de sol que protejan las zonas más sensibles del cuerpo.
- Mantener buenos hábitos, tanto de higiene como de cuidado básico y alimentación. Hay muchos factores que influyen en la salud y apariencia de la piel. Así, abusar de alcohol, tabaco y otras sustancias nocivas pueden reflejarse rápidamente en el rostro. Por su parte, los alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas serán los mejores aliados de una dieta equilibrada.
- Acudir a un especialista si se observan cambios en la piel, independientemente de la zona del cuerpo de la que se trate. Aunque puede suceder en cualquier momento del año, en verano la piel está más expuesta y es más sencillo identificar nuevas arrugas, lunares, bultos o manchas. En esta situación, es recomendable pedir cita con un dermatólogo lo antes posible.
“En las clínicas Graziella Moraes cuidamos y protegemos la piel mediante tratamientos de medicina estética enfocados a las necesidades de cada paciente y en base a su bienestar. Además, al iniciar cualquier consulta, utilizamos la máquina Observ520X, que nos permite observar el estado de la piel del rostro bajo diferentes tipos de luz”, sostiene Graziella Moraes, doctora en medicina estética y fundadora de la firma.
Moraes también explica que “el tratamiento dependerá del tipo de manchas. Para lentigo, luz pulsada (IPL), y para las hormonales, como el melasma, realizamos peelings”, y añade que “estas técnicas siempre irán acompañadas de tratamiento domiciliario de cremas despigmentantes, con retinoides, y comprimidos con antioxidantes”.
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