Un barco encallado vierte toneladas de petróleo en la isla Mauricio. Greenpeace habla de un “desastre ecológico terrible” con nefastas consecuencias para la economía, la seguridad alimentaria y la salud de la región.
La Tierra regenera los recursos naturales, pero a un ritmo insuficiente para hacer frente a la frenética actividad del ser humano, que los consume en una carrera sin freno.