03/02/2022 - 09:38
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La Unión Europea debe de luchar contra todas las desigualdades que se presentan en su territorio. Especialmente, si esas desigualdades afectan a migrantes que se fiaron en su día de personas que prometieron que mejorarían su nivel de vida en un futuro próximo. Les prometieron un “sueño europeo” al más puro estilo americano. Además de ser mentira, esta serie de mafia no deja de jugar con los sentimientos de mucha gente. La población africana huye de sus países o bien por guerras como la de Sudán del Sur, de hambrunas o de golpes de estado.
La Unión Europea tiene el deber de frenar esta escalada de migraciones descontroladas
La Unión Europea es el principal destino de esta escalada de población que decide realizar migraciones descontroladas. Por eso, esta institución debe estar a la altura. A lo largo de 2021, 32.000 migrantes deberían haber tenido protección según los tratados no solo comunitarios sino internacionales. Un total de 82.000 personas fueron devueltas a Libia y han sido encerrados en mazmorras. ¿Es eso lo que queremos que haga la Unión Europea? ¿En serio creemos que la solución más rápida es la mejor?
Un informe de Amnistía Internacional hace un balance de estos últimos cinco años, de 2017 a 2021, y de cómo la Comisión Europea, con el visto bueno y la ayuda de los gobiernos europeos, ha ido ampliando su colaboración con esas milicias libias –oficialmente parte de las estructuras gubernamentales pero en la práctica, en muchas ocasiones, grupos sin control- con el único objetivo de cerrar la vía migratoria que une el norte de África y el sur de Europa.
La Unión Europea debe estar al tanto de las violaciones de Derechos Humanos
En muchas ocasiones, las fronteras de España e Italia son las zonas ideales para las mafias para desembarcar embarcaciones caseras en las que se juegan la vida miles de migrantes que tienen el sueño de una vida mejor. Sin embargo, ambos Gobiernos deberían estar radicalmente en contra de estas prácticas y no deberían seguir el juego a organizaciones que quieran jugar con ellos.
Obviamente si los migrantes necesitan ser rescatados en alta mar, no podemos dejarles colgados. Sin embargo, la Unión Europea no puede ser mangoneada constantemente. La cooperación comenzó hace 5 años. El 2 de febrero de 2017 se firmó un primer Memorándum de Entendimiento entre Italia y Libia y un año después los 27 líderes europeos firmaron en La Valletta la Declaración de Malta que reforzaba esa política.
La cooperación europea ha consistido en la entrega de material (principalmente patrulleras), pero también entrenamiento y un centro de coordinación marítima. Amnistía Internacional pide a la Unión Europea y a sus Estados miembro que “suspendan cualquier cooperación que lleve al encierro y las violaciones de derechos humanos en Libia y que se centre en abrir urgentemente vías legales para las miles de personas atrapadas en Libia y que necesitan protección internacional”.
La única solución pasa por no devolver en caliente a los migrantes
La peor de las venganzas para los migrantes es la devolución en caliente. Ellos no han tenido la culpa de confiar en esas mafias o estafadores que ganan dinero a cuenta de llenar barcas en las que la mitad de los migrantes no llegan a buen puerto. Debemos asegurarnos de que llegan en buenas condiciones pero nunca debemos devolverlos porque, ellos son las verdaderas víctimas.
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