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Haití sigue en ruinas tras el pasado sábado a verse sacudido por un terremoto. Once años después, la tierra tembló con virulencia en el país caribeño, esta vez dejando unos 2.000 muertos y 10.000 heridos, según los últimos datos.
Al seísmo de 7,2 grados en la escala Richter le ha seguido una tormenta tropical, que ha terminado por arrasar varias zonas del suroeste del país.
Desgracia sobre desgracia en uno de los rincones más pobres del mundo, en el que las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno luchan por que no sea olvidado.
Unicef estima que más de 1,2 millones de personas, incluidos 540.000 niños, están afectadas por el terremoto
El balance de damnificados por el devastador terremoto que sacudió Haití el fin de semana pasado ha ascendido a 2.189 muertos y a 12.268 heridos.
Protección Civil ha informado de que la mayoría de las muertes se han registrado en el departamento Sur, 1.832 concretamente, y el resto en Grand'Anse y Nippes, 218 y 137 respectivamente, y dos más en Noroeste.
Asimismo, ha indicado que la mayor parte de los heridos se encuentra en Sur, al menos 9.158, y que hay 332 personas desaparecidas.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha estimado que alrededor de 1,2 millones de personas, incluidos 540.000 niños, están afectadas por el terremoto y que medio millón de niños tienen acceso limitado o nulo a servicios básicos.
El representante de Unicef en Haití, Bruno Maes, ha advertido sobre la trágica situación de los niños haitanos y ha destacado los daños que han sufrido las escuelas.
"Será extremadamente difícil para los padres, los maestros y el gobierno lograr que los niños regresen a la escuela de manera segura en solo tres semanas a partir de ahora", ha dicho en un comunicado.
La situación humanitaria es muy preocupante en Haití
Las fuertes lluvias provocadas por la tormenta tropical Grace han supuesto una dificultad añadida en las labores de rescate, ya que han provocado grandes inundaciones en el sur de la isla. Se trata de la misma zona afectada por el terremoto.
"Alrededor de medio millón de niños y niñas haitianos tienen acceso limitado o nulo a refugio, agua potable, atención médica y nutrición", ha afirmado Bruno Maes, el representante de Unicef en Haití.
Una vez más, el Gobierno acoge con satisfacción la solidaridad y ayuda mutua sin la cual nos habría resultado difícil intervenir rápidamente para rescatar a las víctimas.
La gente tiene que darse cuenta de la necesidad de ayudar a este pueblo
Mantenerse vivo en Haití es un milagro. En las calles se encuentra lo mejor y lo peor del ser humano. Hay asesinatos a diario, la gente mata por comida. Los hospitales no estaba en pie... No se puede vivir. Es inevitable que se ponga la piel de gallina cuando imaginamos esta situación una y otra vez al ver las imágenes de las consecuencias del terremoto en el telediario.
Las necesidades de hace más de 10 años se repiten ahora porque no las hemos cubierto. Haití es irrecuperable y además tiene una corrupción gigantesca. Pero eso no quiere decir que haya que abandonar a sus habitantes: Son seres humanos. Hay que proporcionarles comida, medicinas y educación. Esta última es la clave para que puedan escapar del país, para que una familia entera se salve del infierno.
¿Qué más tiene que pasar para que comprendamos que la Tierra debería ser un único país, que solo hay una raza? ¿Cuál es la clave para que el mundo se movilice?
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