La violencia simbólica hacia las mujeres se ve también en las estatuas de varias ciudades

Mujeres en todo el mundo sufren acoso callejero, desde comentarios hasta contacto físico. Un informe de Plan Internacional muestra que, en ciudades como Barcelona, Madrid y Sevilla, el 26 % de las jóvenes de 16 a 24 años ha sufrido acoso repetido, y el 13 % antes de los 15 años. Casi el 80 % de las experiencias en el espacio público están relacionadas con la inseguridad por acoso. Terre Des Femmes ilustra este problema con el deterioro de estatuas femeninas debido al tocamiento constante.

Las mujeres se enfrentan a un acoso callejero continuo

Las mujeres enfrentan acoso callejero globalmente, incluyendo comentarios, amenazas y contacto físico. Un informe de Plan Internacional revela que, en Barcelona, Madrid y Sevilla, el 26 % de las jóvenes de 16 a 24 años ha sufrido acoso repetido, con el 13 % experimentando esto antes de los 15 años.

Casi el 80 % de las experiencias en espacios públicos están relacionadas con la inseguridad por acoso, y el 21 % de las mujeres jóvenes se han habituado a ello.

La campaña Unsilence the Violance, una voz hacia la protección de la mujer

Terre Des Femmes denuncia este problema a través de la campaña Unsilence the Violence, mostrando el desgaste en estatuas femeninas como símbolo del acoso persistente. Varias estatuas en ciudades como Munich y Berlín muestran signos de deterioro por el tocamiento constante.

Sina Tonk, de Terre Des Femmes, critica la trivialización del acoso sexual y aboga por que los afectados sean escuchados y los agresores enfrentados.

María Ángeles Infante, historiadora del arte, identifica tres causas del problema: la tradición de tocar estatuas, la falta de conciencia sobre la preservación del patrimonio, y la representación artística de las mujeres como objetos pasivos. Dolores Villaverde, por otro lado, añade que la protección de monumentos es complicada y a menudo se mantiene por imitación cultural.

Pilar V. De Foronda, escultora y profesora, y Semíramis González, historiadora y gestora cultural, coinciden en que la cultura patriarcal y la representación estereotipada de las mujeres en el arte contribuyen a normalizar el acoso.

González destaca que la invasión de la mujer en espacios públicos y la forma en que están representadas en las esculturas alimentan esta problemática.

La violencia también afecta a figuras masculinas y animales

La violencia simbólica no solo afecta a figuras femeninas, sino también a masculinas y animales, aunque en menor grado. María Ángeles Infante, historiadora del arte, menciona ejemplos como la tumba de Víctor Noir en París, donde tocar sus genitales es considerado un amuleto de buena suerte, y el Toro de Wall Street, cuyos testículos se cree que traen prosperidad financiera. Otro caso es la estatua de La Juventud en Praga, donde frotar ciertas partes supuestamente atrae la buena fortuna.

Infante sostiene que la solución pasa por desmantelar y visibilizar estas prácticas, que reflejan discursos patriarcales profundamente arraigados. Semíramis González aboga por un arte que represente a las mujeres de manera diversa y significativa, evitando estereotipos sexistas y promoviendo una variedad en la representación, incluyendo aspectos como diversidad racial y orientación sexual.