Lectura fácil
Uno de los problemas de la ganadería intensiva y de la industrialización de la agricultura es la contaminación del agua por nitratos, desechos potencialmente cancerígenos. Los controles sanitarios ya han detectado su presencia en las redes de abastecimiento de más de 4.000 municipios. En más de un centenar de ellos superan los niveles tolerables que marca la UE y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los datos del Ministerio de Sanidad confirman que los niveles de nitrato en esa centena superan los 50 miligramos por litro, el umbral de la potabilidad que obliga a alertar a la población y a buscar vías alternativas de abastecimiento.
Por su parte, en otros 740 municipios la presencia de nitratos se encontraba en la horquilla de los veinte a los cincuenta miligramos por litro, mientras en otros 3.403 la densidad iba de los 1,5 a los veinte, lo que está considerado como el umbral mínimo de detección. La contaminación del agua es preocupante, pues, según Greenpeace, la producción de estos elementos dañinos ha aumentado más del 50 % en solo cuatro años. No en vano, España es el país dónde más carne se consume en toda la Unión Europea.
¿De dónde proceden los nitratos y qué riesgo tienen?
Los fertilizantes inorgánicos, es decir, el purín, es la principal fuente de contaminación. Se utiliza como abono en la agricultura tras generarlo la ganadería, una actividad que no para de crecer y que, según recoge Público, engrosa más de 60 millones de cabezas de animales de abasto al año (vacuno, porcino, bovino, ovino) y casi 800 de pollos. El proceso también arrasa con explotaciones y genera emisiones de carbono a la atmósfera, además de emplear ingentes cantidades de agua dulce para su manutención y limpieza.
Según el Centro de Transferencia Agroalimentaria del Gobierno de Aragón, el 24 % de la superficie y el 52,74% de las tierras de uso agrario del país están declaradas como saturadas por nitratos,
El Ministerio de Sanidad advierte de que "el principal riesgo para la salud es la metahemoglobinemia en lactantes, que cursa con cianosis y, en concentraciones más altas, asfixia", además de "otros riesgos de una exposición prolongada le han relacionado con el cáncer gástrico". La IARC, la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS, "ha clasificado la ingesta de nitratos y nitritos" como "probablemente cancerígeno para el ser humano", aunque "no el nitrato por sí solo", tal y como recoge Público.
El industrializado modelo agropecuario, sobre todo el ganadero, que se aplica en Aragón, perjudica especialmente a esta comunidad, donde en lo que va de 2021 se han registrado alertas por superar los 50 mg/l de estos elementos tóxicos en 27 municipios.
Las macrogranjas envenenan el agua
“Las macrogranjas están envenenando nuestra agua. Es el momento de frenar su descontrolada expansión. Solo así podremos evitar una nueva y devastadora crisis, la del agua”. Son palabras de Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España. Esta ONG insiste en que la ganadería y agricultura industriales son las principales causas de la contaminación del agua por nitratos, por lo que consideran urgente un cambio de modelo para preservar el agua, un recurso vital cada vez más escaso.
Un reportaje de El país desvelaba en octubre de 2021 el drama de las macrogranjas por dentro, donde lechones mueren aplastados y las madres no ven la luz hasta que las llevan al matadero. También informaba que España se ha convertido en el principal productor de carne de cerdo de la Unión Europea. Desde los años 60, el número de vacas se ha duplicado y el de cerdos se ha multiplicado por 5.
Por si fuera poco, hay un proyecto de macrovaquería en Noviercas (Soria) que explotaría 23.520 vacas. Su tamaño la situaría entre las cinco más grandes del mundo y sería también una fábrica de metano y por tanto de aceleración del cambio climático. La petición de Greenpeace de parar esta macrogranja y otra en Caparroso ya suma más de 270.000 firmas de las 300.000 que se han propuesto.
La carne roja provoca cáncer
Parar proyectos como estos no es la única solución, pues finalmente la gran demanda de carne ayuda a que el negocio aumente. En este sentido, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, recomienda reducir el consumo de carne por persona por razones sanitarias y ambientales. "Consumir menos carne mejora también la salud del planeta". La recomendación de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) es consumir como máximo 125 gramos por persona semanales de carne roja y procesada, y 325 gramos por persona semanales de carne blanca.
Garzón y organizaciones como SEO/Birdlife defienden la ganadería extensiva (en terrenos amplios). "Para la ganadería extensiva es primordial el bienestar animal y la conservación de la biodiversidad, además de cumplir una función importante en la prevención de incendios forestales y en el aprovechamiento de los pastos naturales", explica SEO/Birdlife.
Además, cabe recordar que estudios como el de la revista BMJ Global Health demuestran la relación entre consumo de carne roja y mortalidad. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que comer menos carne procesada reduce el riesgo de contraer cáncer de colon. Para los que comen carne, comer menos cantidad y de más calidad es, por tanto, la medida que ayudaría al planeta y al bienestar de todas las personas en primera instancia, y que alejaría a los nitratos del agua que todos bebemos.
Añadir nuevo comentario