Las muertes por contaminación son una realidad, y numerosas ciudades de Europa encabezan los ranking con mayores tasas de fallecimientos por esta causa.
El nivel de contagios de los profesionales sanitarios sigue siendo muy elevado, el personal que continúa trabajando al máximo está experimentando mayor angustia psicológica por unas cargas de trabajo que no disminuyen.
Tos, fiebre, cansancio o la falta de aire son los síntomas más comunes aunque también se añadieron a la lista el dolor de garganta, la diarrea, los vómitos o la disminución o pérdida del gusto y del olfato.
Las mascarillas caseras y aquellas de tejido de categoría 2 han quedado desaconsejadas en Francia por el alto riesgo de contagio de las nuevas cepas del coronavirus.