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Ya tenemos datos sobre las nuevas tarifas y no son nada esperanzadores: la luz ha subido un 41 % en los tramos horarios donde más consumimos. Los cambios en la tarifa de la luz están aquí y vienen acompañados de una significativa subida que coloca la hora pico de hoy por encima de los 0,24€/kWh, un notable incremento de un día para otro pese a que ya nos encontrábamos en máximos históricos en el precio de la luz.
Pero “el precio de la electricidad se dispara” y “la nueva tarifa eléctrica entra en vigor” titulares que, de forma combinada, repiten en los últimos días los medios de comunicación, son noticias distintas no relacionadas que por casualidad han coincidido en el tiempo. J. Guillermo Sánchez León, lo explica en un artículo publicado originalmente en The Conversation.
El subidón de la nueva factura de la luz
La nueva tarifa eléctrica entró en vigor el 1 de junio. Básicamente consiste en fijar tres precios distintos para la energía (kWh). No es muy diferente a lo que había. Ahora, la facturación del término energía se divide en tres periodos en vez de los dos que antes se aplicaban a los consumidores que habían optado por la tarifa con discriminación horaria (la mas barata).
- Periodo punta: coste de peajes y cargos será más alto, y estará comprendido entre las 10 y las 14 horas y las 18 y 22 horas.
- Tramo llano: Coste intermedio, situado entre las 8 y las 10 horas, las 14 y las 18 horas y entre las 22 y 24 horas.
- Tarifa valle: La más barata, ubicada entre la medianoche y las 8 de la mañana, y se aplicará durante todas las horas de los fines de semana y festivos.
Hay un aspecto nuevo: el precio en el término de potencia (coste fijo según la potencia contratada) que tenía un solo valor ahora se puede elegir entre dos potencias distintas. Una es para los horarios punta y llano y otra para valle. Esta última tiene un precio baratísimo. Si no haces nada, tu compañía eléctrica te dejará el mismo valor que ahora tienes para ambos periodos.
El nuevo método aplicable a la tarifa es más racional, pues debería propiciar que gran parte de los consumos se desplacen fuera del periodo punta. El objetivo es aplanar la demanda de electricidad que varía mucho a lo largo del día, lo que obliga a tener una sobrecapacidad instalada. Hay centrales (normalmente de ciclo combinado que utilizan gas) que funcionan solo unas pocas horas a lo largo del año para cubrir los momentos de máxima demanda.
El coste de la energía varía cada hora del día
La introducción del nuevo sistema de facturación ha coincidido con un aumento sostenido del precio de la electricidad desde hace unos meses. Esto puede inducir a creer que la nueva tarifa es la culpable del aumento del precio de la luz, pero no es así.
En enero se produjo durante unos días un incremento sustancial del coste, pero era un hecho esporádico debido fundamentalmente a la borrasca Filomena. Pero ahora el aumento del precio no es un hecho puntual.
En 2020, el precio de la luz había sido anormalmente bajo comparado con años anteriores. La causa es obvia: la pandemia de la covid-19 contrajo la economía y, como consecuencia, se redujo la demanda energética y se produjo una caída de precios (en la electricidad y en otros tipos de energía).
Desde marzo de este año, tras el extraordinario éxito de las farmacéuticas al conseguir fabricar cantidades ingentes de vacunas eficaces y de los estados en vacunar a la población, los efectos de la pandemia se van mitigando y la actividad económica se va normalizando. Como resultado, la demanda de energía ha aumentado aproximándose a los valores prepandémicos.
Dicho esto, ya se conoce el coste en euros por kWh para el día de hoy, con una notable subida respecto a lo que teníamos las semanas previas.
- Coste valle: 0,11484€/kWh
- Coste llano: 0,15289€/kWh
- Coste punta: 0,24262€/kWh
Precio de la electricidad
Como vemos, la franja de coste punta es significativamente más cara que los tramos valle y llano, provocando que enchufar la luz en hora punta sea el doble de caro que en hora valle.
Los costes de generación de electricidad dependen en gran medida de las fuentes empleadas para producirla. En 2020, la producción en España se distribuyó como sigue: nuclear (22,2 %), eólica (21,9 %), ciclo combinado (17,5 %), hidráulica (12,2 %), cogeneración (10,7 %), solar (7,9 %) y otras (7,8 %).
Las fuentes renovables, en total, fueron las mayoritarias. Pero están sometidas a factores no controlables que presentan gran variabilidad, como son las condiciones meteorológicas. Esto obliga a dos cosas: tener una sobrecapacidad de potencia instalada (en el caso de la eólica, alrededor de 4 veces mas de la energía media que produce) y disponer centrales eléctricas paradas, en previsión de que no se pueda cubrir la demanda, que normalmente utilizan gas.
Las nucleares
Ante esta situación, el Gobierno de España ha anunciado un proyecto de ley con el que dice que bajará el precio de la factura eléctrica.
Si uno lee el documento, se queda sorprendido. En gran medida consiste en hacer pagar aún mas a las nucleares (se estima que en 2020 pagaron alrededor del 60 % de los ingresos, no de los beneficios, en impuestos) pues al no contaminar con CO₂ se ahorran tener que comprar derechos de emisión. Es como si la comunidad de vecinos nos pidiera que pagásemos una cuota mayor por no utilizar la calefacción de carbón de la comunidad.
Realmente, la factura que pagamos incluye muchos conceptos, algunos para hacer frente a más de 6.000 millones de euros al año en primas a las renovables. No estaría de más sacar del recibo aquellos no achacables a la generación y transporte de esta forma de energía, que junto con los impuestos suponen más de la mitad del coste.
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