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Los problemas de visión en niños están en aumento en España, según un informe sobre la salud infantil. Uno de cada cuatro niños tiene dificultades para ver de lejos y aproximadamente el 56,3 % podría tener algún problema visual. Sorprendentemente, solo una de cada diez familias detecta estos problemas a tiempo.
Es esencial prestar atención a la visión de los bebés durante los primeros meses, ya que es en este periodo cuando su vista se desarrolla. Las señales tempranas incluyen el seguimiento de luces y objetos con los ojos alrededor del primer mes de vida. Detectar y abordar los problemas de visión en etapas tempranas es crucial para un desarrollo visual saludable.
Los problemas de visión en los niños siguen en aumento
Los problemas de visión en los niños están en aumento en España, según un informe de 2019 sobre la salud infantil. Un cuarto de los niños en el país tiene dificultades para ver de lejos, y aproximadamente el 56,3 % podría tener algún problema visual. Lo preocupante es que solo una de cada diez familias detecta estos problemas a tiempo, lo que dificulta su atención adecuada.
La visión de un bebé al nacer no está completamente desarrollada, y los primeros meses son cruciales para su maduración. Alrededor del primer mes, los bebés empiezan a fijarse en luces y objetos y los siguen con sus ojos, lo que indica que están comenzando a observar el mundo. Es fundamental estar atentos a estas señales tempranas para detectar cualquier problema visual a tiempo.
Durante los primeros meses, los bebés cierran y abren sus ojos de forma intermitente y pueden desviar la mirada. No es hasta los tres o cuatro meses cuando desarrollan la visión binocular, que les permite utilizar ambos ojos de manera coordinada.
¿Cuáles son las señales durante los primeros meses de los bebés?
Algunas señales de problemas de visión en los bebés pueden aparecer después de los primeros meses de vida. Algunos de los problemas más comunes son:
- Problemas de refracción: Estos afectan la nitidez de la imagen enviada al cerebro y se pueden corregir con el uso de gafas. Algunos ejemplos son la miopía (dificultad para ver de lejos), la hipermetropía (dificultad para ver de cerca) y el astigmatismo. Si no se tratan, pueden llevar a desarrollar un ojo vago.
- Ambliopía u ojo vago: Es una disminución de la visión en un ojo porque el cerebro ignora la imagen enviada por él. Si no se diagnostica y trata a tiempo en la infancia, puede ser irreversible.
- Estrabismo u ojo bizco: Es una alteración en la alineación de los ojos que provoca que no miren simultáneamente al mismo punto. Puede ser congénito (presente desde el nacimiento) o desarrollarse más adelante por diversas causas.
Aparte de los problemas más comunes, existen enfermedades menos frecuentes de origen genético o metabólico, como las distrofias retinianas que afectan las células fotorreceptoras, el glaucoma y la catarata congénita.
Es fundamental estar atentos a cualquier señal de alteración en la visión de los niños y acudir a un especialista para un diagnóstico y tratamiento adecuados. La detección temprana es clave para garantizar un desarrollo visual saludable en la infancia.
Diagnósticos caseros y profesionales para solucionar el problema
Detectar problemas de visión en nuestro bebé es fundamental para asegurar su desarrollo visual adecuado. Aunque la mejor opción es consultar a un oftalmólogo, existen señales que pueden alertarnos sobre posibles dificultades:
- Desviación de un ojo.
- Guiñar repetidamente el mismo ojo.
- Inclinar la cabeza al prestar atención.
- Acercarse mucho a los objetos al mirarlos.
- Tener la mirada fija y no seguir los movimientos.
- Dificultad para abrir los ojos en lugares luminosos.
- Ojos rojos frecuentes o frotarse los ojos constantemente.
- Parpadear en exceso.
Aunque no podemos diagnosticar por nosotros mismos, podemos realizar exámenes caseros para detectar ciertas señales. En bebés recién nacidos, se puede evaluar la capacidad de fijar y seguir un objeto. Para ello, se puede tapar un ojo del bebé con el dedo pulgar y mover un juguete colorido para comprobar si sigue el movimiento. Luego, se hace lo mismo con el otro ojo.
En niños de 2 a 3 años, se pueden utilizar cartillas de dibujos esquemáticos y la prueba de la letra "E". Entre los 5 y los 6 años, se puede emplear la cartilla de Snellen con letras de diferentes tamaños, similar a la que se usa en adultos.
Es importante mencionar que las ópticas no pueden diagnosticar ni tratar problemas de visión. Por lo tanto, siempre se recomienda acudir a un oftalmólogo para una evaluación profesional y el tratamiento adecuado si se detecta algún problema.
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