10/04/2019 - 13:40
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Los líderes de la UE se reunieron ayer para debatir sobre las posibles salidas a la crisis del Brexit antes de la esperada decisión sobre el aplazamiento prevista para hoy.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha afirmado que, ante la desconfianza de que los parlamentarios británicos puedan desbloquear la actual situación de Brexit, es preferible conceder una prorroga larga.
Esta opción evitaría las tensiones constantes de los aplazamientos breves, y permitiría a los políticos del Reino Unido establecer unas negociaciones constructivas y realistas de cara a desbloquear realmente esta situación.
El fin de la confianza sobre la figura de Theresa May
Un diplomático de la UE dijo el martes, tras una reunión a altas horas de la noche entre los embajadores europeos, que las dos fechas finales que cristalizan en las capitales de la UE son finales de diciembre o finales de marzo de 2020.
Estas declaraciones dejan en evidencia la incapacidad de Theresa May de persuadir a los líderes europeos sobre su voluntad de una extensión breve. Un síntoma claro de la pérdida de credibilidad y de influencia política de la primera ministra.
A pesar de su desesperada carrera del martes a París y Berlín para convencer a los líderes europeos de su plan de salir del estancamiento de Brexit, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, señaló ayer de manera tajante la falta de fe de los políticos de la UE en sus conversaciones interpartidistas: "La concesión de una breve prórroga aumentaría el riesgo de una serie de prórrogas cortas y cumbres de emergencia".
La superviviencia de May pende de un hilo
Una fuente del gabinete de May expresó dudas sobre si la primera ministra podría sobrevivir políticamente a esta situación. Más aun después de haber dicho previamente que no podía "como primera ministra" aceptar un retraso mayor que el 30 de junio.
La fuente dijo que algunos de los miembros del gobierno ya aceptan que su papel llega a su fin, afirmando que las opciones de May dependen de su capacidad para mantener unida la parte afín de su partido.
Sin embargo, esta opción se complica más que nunca ya que, de confirmarse una larga prorroga, la reacción dentro de su partido sería nefasta. En este sentido, cuatro ministros del su gabinete (Andrea Leadsom, Chris Grayling, Liam Fox y Geoffrey Cox) se encuentran entre más de la mitad de los diputados conservadores que se negaron a apoyar una extensión de junio al artículo 50.
Las consecuencias de una prorroga larga
La posibilidad de un largo retraso del Brexit implicaría serias consecuencias para el desarrollo institucional de la Unión Europea. La primera consecuencia, y quizás sea la más problemática, sería la participación en las elecciones al Parlamento Europeo.
Este escenario es nefasto tanto para la propia UE como para el Reino Unido. Por la parte que toca a la política británica, participar en las elecciones europeas después de más de dos años desde el referendum de salida implicaría un fracaso y una decepción sin precedentes ante sus votantes. Mientras que para la UE las consecuencias serían de alcance institucional, ya que una vez se lleve a cabo el Brexit, la ausencia de los parlamentarios británicos supondría un déficit de representación parlamentaria.
Por otra parte, uno de los escenarios más difíciles de capear para May es a su vez la única posibilidad que tiene de resolver el bloqueo del Brexit: llegar a un pacto con la oposición. La primera ministra ha estado llevando a cabo conversaciones con Jeremy Corbyn para intentar conseguir el apoyo de los parlamentarios laboristas. Sin embargo, un pacto con ellos pasa por negociar un acuerdo aduanero con la UE, al menos en la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte.
Fox, el secretario de comercio internacional, insinuó que no toleraría ese resultado a través de una carta al comité 1922 del partido conservador que describía una unión aduanera como "la peor opción de todas".
La complejidad de la situación que vive May es tal que si llegara a pactar con la oposición, la pregunta estaría en si ella podría obtener el apoyo de sus propios diputados para tener la oportunidad de conseguir un acuerdo de Brexit suave a través del parlamento.
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