Guiando la magia de los regalos con valores y moderación

La ilusión y la inocencia de los más pequeños durante estas fechas es parte de la magia de la Navidad, pero puede tener una doble cara y convertirles en avariciosos y materialistas. Es importante que los padres aprovechen estas fechas para regular los deseos de sus hijos y hacerles comprender que no siempre pueden tener todo lo que desean. “Si acostumbramos a los niños a una cantidad o calidad de regalos ajustada, no tienen por qué generar expectativas elevadas.

Los niños son materialistas por naturaleza

“Los niños no son materialistas por naturaleza”, afirma Silvia Postigo Zegarra, profesora de Psicología Infantil de la Universidad Europea. En el caso de que estas expectativas se generen igualmente hay que enseñar a los niños a tolerar la frustración de no conseguir aquello que querían para que aprendan a lidiar con la frustración desde una edad temprana. “Esto resulta crucial para un correcto desarrollo y un buen manejo de las emociones en el futuro”, asegura Postigo Zegarra.

La Navidad, con su mágica atmósfera, envuelve a los niños en un torbellino de emociones y expectativas. Sus ojos brillan con la ilusión de descubrir regalos bajo el árbol, mientras las luces parpadean y los villancicos llenan el aire. Para los pequeños, esta época es sinónimo de cuentos de hadas hechos realidad.

Los niños disfrutan de la creatividad desbordante al decorar galletas, construir muñecos de nieve y adornar la casa con destellos festivos. Sus risas resonantes contagian alegría, y la simple visión de un copo de nieve o el aroma a canela despiertan su entusiasmo.

Detrás de ciertas peticiones como hermanitos o mascotas pueden esconderse sentimientos de soledad, “es por eso por lo que debemos tomar cierto tiempo en comprender el por qué los niños quieren los regalos que nos piden y buscar como ayudarlos en los casos necesarios. Por ejemplo, si piden un hermanito porque se sienten solos sería conveniente dedicar más tiempo a jugar con ellos y ayudarles a desprenderse de ese sentimiento”, explica.

Regalos costosos y gratitud en familia

En cuanto a regalos costosos, hay que poner el énfasis en que los niños aprendan el valor de las cosas. Silvia Postigo ofrece una serie de consejos para fomentar diferentes valores “en el caso de la generosidad, podemos fomentarla estableciendo alguna regla a la hora de hacer la carta, como pedirlos que se puedan compartir con los hermanos o con la familia. O incluir en la carta regalos para otra persona o miembro de la familia.

En el caso de la gratitud, podemos animar a los niños a escribir una carta de agradecimiento a los Reyes Magos o establecer un día para donar algún juguete que ya no usa en agradecimiento al nuevo juguete que ha recibido. Lo importante es que todos en la familia lo hagan, incluidos los padres”.

El significado de la Navidad es diferente en cada familia. No obstante, algunos de los valores más universales son el compartir y celebrar juntos. Los regalos no materialistas como excursiones, actividades culturales o manualidades en familia, pueden ayudarnos a recordar a los más pequeños “el verdadero significado de la Navidad”.

Un solo regalo acompañado de un montón de tardes jugando junto a ellos puede ser más enriquecedor que una montaña de paquetes. Por eso, convertir estas actividades en pequeñas tradiciones familiares enfatizan el valor de estos valores y devuelven a la Navidad su verdadero espíritu.