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Un reciente estudio internacional ha revelado que el 79 % de la población mundial respalda la restricción de contenidos dañinos en redes sociales, como amenazas físicas y difamación, algo que va muy de la mano de la libertad de expresión. La investigación, realizada por la Universidad Técnica de Múnich y la Universidad de Oxford, encuestó a 13.500 personas entre 16 y 69 años en diez países: Alemania, Australia, Brasil, Eslovaquia, Estados Unidos, Francia, Grecia, Reino Unido, Suecia y Sudáfrica.
El estudio, coordinado por el instituto de investigación Bilendi & Respondi, se llevó a cabo entre octubre y noviembre de 2024. Sus resultados cobran especial relevancia en un contexto en el que diversas plataformas han relajado sus políticas de moderación de contenidos, especialmente tras el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
En los últimos meses, el debate sobre la moderación de contenido en redes sociales ha ganado intensidad. Mientras plataformas como X y Meta han flexibilizado sus normas, en países como Australia se han implementado medidas estrictas, como la prohibición del acceso a redes sociales para menores de 16 años.
Hasta ahora, gran parte de la discusión ha girado en torno a las decisiones de las empresas tecnológicas y los reguladores, dejando en segundo plano la opinión de los usuarios. Este estudio busca llenar ese vacío al analizar las percepciones de los ciudadanos sobre la libertad de expresión y la protección contra abusos digitales.
Seguridad versus libertad de expresión
Además, solo un 14 % de los participantes cree que las amenazas deben mantenerse en línea para permitir respuestas de los usuarios. Asimismo, un 17 % considera válido que se publiquen contenidos ofensivos para criticar a determinados grupos, con Estados Unidos mostrando el mayor apoyo y Brasil el menor.
Cuando se les pidió elegir entre una plataforma con libertad de expresión ilimitada y otra libre de odio y desinformación, la mayoría de los encuestados optó por la seguridad frente a los riesgos digitales.
Empresarios influyentes como Mark Zuckerberg y Elon Musk han defendido la primacía de la libertad de expresión sobre la moderación de contenidos. Sin embargo, los resultados de la encuesta sugieren que la mayor parte de los ciudadanos en democracias prefieren plataformas con medidas de control contra el discurso de odio y el abuso.
"Incluso en Estados Unidos, donde la libertad de expresión ha sido tradicionalmente amplia, hay un amplio respaldo a la regulación", destaca Yannis Theocharis, profesor de Gobernanza Digital en la Universidad Técnica de Múnich. Sin embargo, el catedrático de la Universidad de Oxford, Spyros Kosmidis, señala que no hay un consenso absoluto, ya que las opiniones varían según normas culturales y políticas de cada país.
¿Quién debe asumir la responsabilidad?
Otro punto de discrepancia es quién debe encargarse de garantizar un entorno seguro en redes sociales. El 35 % de los encuestados considera que la responsabilidad principal recae en las plataformas, el 31 % cree que debe estar en manos de los usuarios y el 30 % se inclina por los gobiernos.
Las opiniones varían según el país. Mientras que un 39 % de los encuestados en Alemania, Reino Unido y Brasil cree que las plataformas deben tomar la iniciativa, solo un 29 % en Francia, Sudáfrica y Grecia comparte esa idea. Además, en Eslovaquia solo un 14 % está a favor de que los gobiernos regulen, frente a un 37 % en Alemania y Francia.
A pesar del deseo mayoritario de regular el contenido perjudicial, un 59 % de los encuestados cree que la exposición a discursos agresivos es inevitable en redes sociales. Además, el 65 % afirma esperar comentarios hostiles al expresar sus opiniones, con cifras alarmantes en Sudáfrica y Estados Unidos.
Theocharis advierte sobre este fenómeno de "normalización del odio": "La gente percibe que, pese a las promesas de combatir los contenidos ofensivos, nada cambia. Esta resignación puede socavar las normas sociales y fomentar la violencia digital".
Los resultados de este estudio evidencian la necesidad de un debate global sobre la regulación de contenidos en redes sociales, considerando no solo las posturas de gobiernos y empresas, sino también las percepciones de los propios usuarios, y es que la libertad de expresión, no siempre es la clave, no todo vale.
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