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Cada habitante de nuestro país genera aproximadamente 1,3 kilos de basura al día, lo que implica 471 kilos al año. Esta cantidad está muy por encima de la media mundial de producción de residuos, pero ¿cómo podemos generar menos residuos alimenticios?
Generar menos residuos alimenticios es posible
Según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), estos datos de residuos han descendido, comparándolos con series anteriores. En España se producen más residuos, según el informe Los desechos 2.0, publicado por el Banco Mundial, el cual fija la media en 0,74 kilos por persona y por día.
Asimismo, el mismo estudio señala que los países más desarrollados representan el 16% de la población pero generan el 34% de la basura de todo el planeta.
Europa es el segundo mayor productor de plástico del mundo
El asunto no es nimio, es bastante preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que buena parte de la basura producida consiste en plástico, un auténtico flagelo para el medio ambiente.
Europa es el segundo mayor productor de plástico del mundo, y España es el segundo país que más plásticos arroja al Mediterráneo: 126 toneladas por día, una cifra solo superada por Turquía, que arroja 144 toneladas al día.
Se generan más de 240 millones de toneladas de desechos de plástico al año
La organización ecologista WWF elaboró hace unos años un estudio llamado 'Una trampa del plástico. Liberando de plástico el Mediterráneo' que reveló que en 2016 se generaron 242 millones de toneladas de desechos de plástico.
El equivalente, según el citado informe del Banco Mundial, al peso de 3,4 millones de ballenas azules adultas o al volumen de 4,8 millones de piscinas olímpicas.
¿Cómo generar menos basura doméstica?
Para solucionar esta problemática son importantes las decisiones políticas y empresariales, pero los ciudadanos también podemos tomar algunas decisiones sencillas y prácticas para generar menos basura en nuestro día a día. A continuación se mencionan cinco recomendaciones que señalan algunas organizaciones para reducir los desechos domésticos. Son acciones pequeñas, pero que, multiplicadas por muchas personas a lo largo del tiempo, tienen un peso considerable.
1. Utilizar menos plástico
Para evitar los plásticos, se pueden llevar bolsas de tela u otros materiales reutilizables para hacer compras, comprar a granel siempre que sea posible y tratar de evitar sobre todo los envases plásticos de un solo uso, tener siempre a mano botellas de agua reutilizables, instalar un sistema de filtración de agua en vez de comprar agua embotellada de forma recurrente, etc.
También se puede llevar un recipiente propio al ir a comer a un restaurante, para poder llevar la comida sobrante sin envoltorios que terminarán en el cubo un rato después y contar con cubiertos propios en el trabajo o en el coche, para evitar el uso de utensilios de plástico que se desecharán tras un único uso.
2. No desperdiciar alimentos
En España se tiraron a la basura 1.229 millones de kilos de alimentos y litros de bebidas (se incluyen ambos en la misma categoría) en 2017, último año del que se han publicado registros, según el último Informe Anual de Consumo Alimentario, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La gran mayoría (el 87,5 %) de ese derroche correspondió a productos desechados sin utilizar, mientras que la otra parte (12,5 %) fueron alimentos cocinados. Si bien hay una tendencia a la baja, las cifras de desperdicio siguen siendo muy elevadas.
3. Reutilizar siempre
Son muchos los productos que a menudo acaban en el cubo cuando podrían recibir nuevos usos, ser útiles durante más tiempo y evitar la compra de un producto nuevo para cumplir esa función, por lo cual esto redunda también en un beneficio económico.
Por ejemplo botes de cristal, cajas de cartón o papeles de toda clase. Antes de tirar algo a la basura, piensa si no lo podrías volver a usar. De la misma forma, se pueden reciclar los recipientes de plástico, el aceite usado de la cocina o incluso el poso del café.
4. Reparar antes de tirar
La obsolescencia programada y las ideas que nos han inculcado las empresas es que es más interesante comprar un producto nuevo antes que reparar el que se nos ha estropeado, pero eso no es bueno para el medio ambiente.
Sin embargo, muy a menudo es posible que, con algún pequeño arreglo, pueda seguir funcionando el producto que se nos ha estropeado, al menos durante un tiempo más. Esto vale tanto para elementos electrónicos, como para prendas de vestir.
5. Compra solo lo que realmente necesitas
Usar lo que tenemos, prestar lo que los otros necesiten o pedir prestado lo que necesitemos es, desde luego, hacer algo importante por el medio ambiente y el impacto social. Al igual que intercambiar artículos de segunda mano.
En último lugar, después de haber intentado lo anterior, se procedería a comprar el artículo que se necesita. No es aconsejable comprar cosas que no se necesitan, así se reduce considerablemente las cantidades de basura que producimos.
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