Lectura fácil
La ultracatólica Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) ha puesto en marcha una campaña antiabortista y contra el Gobierno en 33 ciudades españolas colocando vallas y distintos soportes publicitarios bajo el lema "rezar frente a las clínicas abortistas está genial".
La organización ha informado de que en total son 260 los paneles instalados en calles y paradas de metro que "ejercen de altavoz", dicen, contra reforma de la Ley del Aborto que planea el Ejecutivo y contra la modificación del Código Penal para castigar las coacciones que sufren las mujeres en las puertas de las clínicas abortistas recién aprobada en el Congreso.
La asociación ultracatólica sostiene que esta "acción masiva" supone también el arranque de 'Cancelados', una nueva campaña que pretende dar "voz a las posiciones silenciadas por la corrección política, la cultura de la cancelación y la represión de las libertades".
La asociación sostiene que "en España se practican más de 99.000 abortos cada año", y que “el delito de los que rezan frente a los abortorios es querer salvar alguna de estas vidas”
El mensaje va acompañado -vía código QR- del testimonio del doctor Jesús Poveda, uno de los principales promotores del movimiento por la vida en España, que ha sido detenido más de 20 veces por sus sentadas y "operaciones de rescate".
'Cancelados', apuntan, "es una legión de espíritus libres que ha venido a este mundo enrarecido para dar voz a gente normal que ha sido cancelada por decir cosas de sentido común”, reza el manifiesto de la iniciativa. También explican que 'Cancelados' se desarrollará en varios frentes, además de las acciones de calle. La campaña incluye entrevistas con personajes "cancelados", o vídeos didácticos ilustrados.
La asociación que sostiene al CEU y que cada año organiza el congreso 'Católicos y Vida Pública', considera que el Gobierno de España busca "imponer un cambio de mentalidad" con leyes como las del matrimonio igualitario, el aborto o la eutanasia.
Aquí, hablamos otra vez de extremos. Y es que los extremos nunca son buenos. En este momento es cuando las redes sociales echan humo entre las opiniones de la gente ultracatólica y las mujeres a favor del aborto.
Si robas, aunque reces, estás robando.
— Irene Montero (@IreneMontero) January 18, 2022
Si acosas, aunque reces, estás acosando.
Vamos a blindar todos los derechos para todas las mujeres. pic.twitter.com/YOxXoGXZFH
La actividad que llevan a cabo los grupos ultracatólicos a las puertas de las clínicas abortistas para intentar persuadir a las mujeres que acuden a abortar de que no lo hagan ha llegado al Congreso por primera vez. Tras años de demandas de los centros y del movimiento feminista, el pleno aprobó la toma en consideración de una iniciativa presentada por el PSOE, con la oposición de Vox y el PP, que incorpora un nuevo tipo en el Código Penal para perseguir a quienes "hostiguen o coarten" a las mujeres en el ejercicio de su derecho al aborto.
Se instalan durante horas en las inmediaciones de las clínicas abortistas con el objetivo de persuadir a las mujeres que ya han tomado la decisión para que no aborten
La verdad es que puede parecer vergonzoso ver a los energúmenos que van a gritar a otra gente a la que no conocen de nada ni les han pedido opinión. Ya nos hemos 'metido en un jardín'. Pero más que una modificación quirúrgica para incluir este caso tan específico, es tan fácil como endurecer las penas por acoso.
Aquí en realizar se está enmascarando el acoso con algo inofensivo como rezar. Seguramente en la práctica, cada vez que entra o sale una mujer, es cuando empiezan a rezar y a hacer el número. No es como pararse a una hora random y rezar sin importunar a nadie.
Los ultracatólicos despliegan una batería de acciones: desde rezar o exponer pancartas antiaborto hasta increpar a las mujeres, darles fetos de juguete, ofrecerles ecografías, llamarles "asesinas" o abordarlas para intentar convencerlas de que no entren en una clínica abortiva.
Pese a que alguien pueda estar en contra del aborto, y alguien a favor, el acoso, el hostigamiento y las amenazas son sistemáticas y organizadas. Se están vulnerando los derechos humanos de las mujeres y se está intentando coaccionarlas amenazando su intimidad y su bienestar. ¿Se imaginan que esto pasara con cualquier otra prestación sanitaria?
No se trata de criminalizar a quienes piensan diferente y luchan por darles a tantos niños desahuciados una última oportunidad para vivir. Debemos posicionarnos no en contra o a favor del aborto, sino en contra del quien obstaculiza su libre ejercicio. Ninguna de estas mujeres va a dejar de abortar porque les estén metiendo miedo y criminalizando, que es la única función que tiene la presencia de estas personas en las clínicas. No es una decisión que han tomado de un día para otro.
El derecho al aborto no te obliga a abortar, solo te da la opción. Es algo que suma, no que resta.
Añadir nuevo comentario