Trabajo: ¿Salud o enfermedad?

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04/05/2020 - 13:40
4 de cada 10 personas reconocen que el origen de su estrés, ansiedad o depresión está en el trabajo.

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La psicóloga María Jesús Álava afirma: “El trabajo puede ser salud pero también es enfermedad”, ya que un 40% de las personas reconocen que el origen de su estrés, ansiedad o depresión está en el trabajo y eso tiene consecuencias en el ámbito familiar y social.

¿El trabajo es salud o enfermedad?

Las emociones negativas de los trabajadores repercuten también en los resultados de la empresa, aunque muchas compañías lo ignoran. 'Trabajo: ¿Salud o enfermedad?' es el título de la conferencia pronunciada por la psicóloga María Jesús Álava en Nueva Economía Fórum.

“Las personas más insatisfechas en su trabajo tienen un impacto de hasta un 34 por ciento en sus niveles de seguridad, cometen más comportamientos de riesgo y sufren incidencias”, señaló la experta. Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible es fundamental garantizar una vida saludable y promover el bienestar universal.

Cuánto importan las personas a las empresas

Álava, directora general de la consultora Apertia especializada en el asesoramiento empresarial, aseguró que “el trabajo puede ser salud y enfermedad dependiendo de la cobardía, valentía o miopía de las organizaciones empresariales que no se dan cuenta de que no pueden tirar para adelante si no cuentan con las personas”.

En el ámbito laboral, el hombre se queja más de sentir un exceso de presión, mientras que la mujer siente una profunda insatisfacción a causa de la falta de reconocimiento. Según la ONU, se necesitan muchas más iniciativas para erradicar por completo una amplia gama de enfermedades y para hacer frente a numerosas y variadas cuestiones persistentes y emergentes relativas a la salud.

Personal motivado y comprometido

La también directora del Centro de Psicología Álava-Reyes indicó que contar con personas motivadas, comprometidas y con emociones positivas supone a las empresas beneficios como retener a los clientes, captar a otros nuevos u obtener un buen nivel de productividad.

Sin embargo, las empresas en las que las personas no están satisfechas la rotación aumenta y el absentismo y el presentismo (hacer horas innecesariamente) se dispara.

Presión y falta de reconocimiento

Según diferentes estudios, un 40% de los problemas emocionales de las personas tienen su origen en el trabajo que también es el punto de partida del 70% de las distintas adicciones (drogas, alcohol, fármacos…).

“La falta de conocimiento y de consciencia del impacto que las enfermedades mentales tienen en el entorno laboral es una de las causas que hace que este problema ni se afronte en las empresas, ni se busque la manera de hacerlo”, apuntó.

Estrés, ansiedad y depresión

“Cuando profundizamos vemos que el 40% de los hombres y mujeres reconocen que el trabajo está detrás del estrés, la ansiedad o la depresión y que lo pagan con las personas que más quieren. Los problemas de una de cada cuatro parejas es por culpa del trabajo, explicó la psicóloga.

“Las mujeres -manifestó- exigimos mucho más a las jefas mujeres que a los jefes hombres porque se supone que nosotras además tenemos que ser empáticas, receptivas, saber escuchar…A los hombres no les pedimos tanto, no hay peor enemigo para la mujer que la propia mujer”.

Los mandos intermedios son vulnerables

Por escala de responsabilidad, los mandos intermedios son especialmente vulnerables, tienen un 10% más de vulnerabilidad que la alta dirección, “están estrujados por unos y otros”.

La presidenta de la Fundación Álava-Reyes expuso también que “las empresas familiares son, en este momento, las que están apostando por las personas pero, al final, depende del liderazgo de aquellos que estén al frente, hay quienes seducen y motivan y otros que hacen todo lo contrario”.

La globalización y las crisis empeoran la situación

“Hoy en día -añadió- las multinacionales están muy condicionadas por la cuenta de resultados y al sector de los empresarios, a la CEOE, les pediríamos máxima sensibilidad hacia los equipos directivos de las empresas para que sean receptivos frente a lo que la sociedad necesita.

Y esto en un contexto cada vez más complicado por la globalización o la crisis medioambiental que también impacta en las empresas y sus trabajadores. “Se van a disparar los niveles de estrés, ansiedad y depresión igual que ocurre con las tensiones en las relaciones personales, se está favoreciendo menos la colaboración y amistad en los equipos y más la agresividad”, concluye la experta.

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