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Madrid, 6 sep (EFE).- El consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, ha defendido hoy que el modelo regulatorio construido desde el inicio de la crisis en 2008 es "intrusivo" y ha provocado una bajada de la rentabilidad que debilita a los bancos.
"No se ha calibrado bien que el impacto combinado de toda la regulación ha resultado en que los bancos tengan una rentabilidad baja en relación al capital invertido y, por tanto, sean bancos débiles", ha dicho en su comparecencia ante la Comisión del Congreso que investiga la crisis financiera y el programa de rescate a la banca.
Según sus datos, la rentabilidad del sistema financiero español se sitúa en el 4 %, muy por debajo de la media de las compañías del IBEX en España (17 %) e inferior también al coste de capital que exigen los accionistas.
Por ello, ha pedido que se racionalice la regulación para mantener aquella que es necesaria y eliminar la que sólo trae burocracia y más costes.
En caso contrario, ha añadido, en Europa se corre el riesgo combinado de que un retraso en la construcción de una unión bancaria y el impacto de una regulación inadecuada resulte en una desventaja competitiva en el entorno global.
Ha citado, entre las razones que explican la caída de beneficios, la necesidad de limpiar los balances, la reducción del crédito al sector privado y los tipos de interés negativos.
También ha señalado, entre estas causas, el incremento de la inversión en tecnología y digitalización, los cambios regulatorios y el aumento de las cargas (contribuciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y al Fondo Europeo de Resolución, entre otros).
El consejero ha admitido que, durante la crisis, los bancos y Cajas deberían haber sido más restrictivos en la concesión de crédito, especialmente en el sector inmobiliario.
En el ámbito macroeconómico la crisis ha dejado varias lecciones: Es aconsejable la prudencia fiscal, potenciar el ahorro doméstico y favorecer la competitividad de la economía y la inversión empresarial.
Y a escala europea, es preciso acelerar la integración de la zona euro, para la que los bancos españoles tienen que prepararse, si bien que España tenga entidades financieras fuertes es una ventaja competitiva para los clientes y para el país.
Para completar la unión bancaria sería deseable, en su opinión, un fondo de garantía único y el establecimiento de estándares comunes sobre productos financieros.
Álvarez ha cifrado en 6.100 millones de euros la contribución de Santander al rescate de las Cajas, por la participación en el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y la inversión en la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB).
Además, ha dicho, la compra de Popular por parte de Santander ahorró al Estado entre 28.000 y 36.000 millones de euros, según diversas fuentes.
Al tiempo, desde 2011 Santander ha ayudado a más de 125.000 familias con problemas financieros para continuar pagando sus viviendas, no ha realizado desalojos desde noviembre de 2012 y ha hecho 86.400 refinanciaciones y reestructuraciones de deuda por un total de 11.300 millones, que le han supuesto unas pérdidas de 1.950 millones.
Ha pedido reglas del juego iguales para todos los actores en el sistema financiero y que no se concedan ventajas injustificadas a las "fintech" o tecnofinanzas en relación al sector bancario tradicional.
El proceso de digitalización de la banca, ha dicho, es una gran oportunidad pero presiona a la baja los precios bancarios y requiere grandes inversiones tecnológicas adicionales, que en el caso de Santander se sitúan en 7.000 millones de euros anuales.
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