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Nueva Delhi, 8 nov (EFE).- El experto en políticas climáticas Siddharth Singh, que acaba de publicar su obra "El gran esmog de la India" (Penguin), advierte de que la contaminación del aire es un "asesino silencioso" que en su país mata a más personas que el terrorismo y que sólo podrá ser detenido con una política integral.
Tras la explosión ayer de miles de petardos por la festividad hindú de Diwali, la polución en áreas de Delhi como Lodhi Road alcanzó hoy una concentración de 938 partículas PM10 (aquellas menores de 10 micrones) por metro cúbico, mientras que en el caso del PM2,5 (las más peligrosas para el ser humano) fue de 944.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las concentraciones de más de 200 partículas resulta dañino para la salud humana, mientras que a partir de 300 se considera tóxico.
"Muere más gente por la contaminación del aire que por terrorismo o por todas las guerras entre la India y Pakistán juntas", explicó el escritor en una entrevista con Efe en Nueva Delhi, ahogada estos días por una capa de polución tal que se confunde con una densa niebla.
Singh culpa del desdén con que se trata el asunto a la falta de "espectacularidad" de las muertes por la contaminación del aire, en su mayoría agravante de enfermedades preexistentes o desencadenante de otras que posteriormente llevarán a la tumba.
Además, medios de comunicación, centros de investigación y políticos ponen el foco de la polución en la capital, pero lo cierto es que "la calidad del aire en las aldeas del norte de la India es igualmente o a veces mucho peor que la de las ciudades".
Se trata, a juicio del experto, de un problema de toda la región norteña.
"Por la realidad geográfica del norte de la India, con el Himalaya encima y el mar Arábigo en el suroeste del país, los vientos entran y, debido a varios efectos de las temperaturas que ocurren en invierno, toda la materia particulada queda atrapada en esta región", alertó.
Pero eso es sólo el contexto y las causas son varias.
La quema de rastrojos en los estados norteños del Punyab y Haryana contribuye durante entre dos y tres semanas al año, como esta segunda de noviembre, a entre el 10 y el 50 % de la polución del aire, dependiendo del estudio.
De acuerdo con el autor de "El gran esmog de la India", este es un fenómeno "muy reciente", posterior a la Revolución Verde en la India (décadas de 1960 y 1970), cuando se extendió el uso del denominado Sistema de Cultivo Arroz Trigo (RWCS, en inglés), basado en dos cosechas al año, una de cada uno de esos granos.
El RWCS deja cada invierno un lapso de apenas tres semanas entre la recolección del arroz y la plantación del trigo, insuficiente para despejar los campos con maquinaria mecanizada y empujando a los campesinos a optar por la alternativa más barata: queroseno y cerilla.
Así, cada año por estas fechas las autoridades de Delhi, el Punyab y Haryana se enzarzan en un "juego de culpas", que, dice Singh, debe ser sustituido por medidas "unificadas".
Los vehículos motorizados, por su parte, contribuyen a alrededor del 20 % de la polución, atrapados en una espiral en la que las autoridades imponen medidas como la utilización de mejores combustibles y éstas son neutralizadas por el aumento constante del número de coches.
Delhi debe apostar, en opinión de Singh, por una densa red de transporte público -en la actualidad tiene apenas la mitad de los 10.000 autobuses necesarios- y tecnologías de transporte eléctrico.
Luego está la industria.
"Aunque las emisiones industriales per cápita son muy bajas comparadas con Europa y la base industrial de la India es también baja en comparación con muchos países, la crisis de la polución del aire en la India es peor", sentenció el escritor.
Lo atribuye al uso de tecnologías poco eficientes.
Y, en un plano más amplio, anima a tener un debate público sobre si el país asiático debe industrializarse y convertirse en un gran exportador como China o si, por el contrario, debe concentrarse en el sector servicios y producir para sí misma.
Al fin y al cabo, la polución impacta en el desarrollo del país.
"En el momento en el que no estás bien por la contaminación del aire tu productividad en el trabajo cae, no eres capaz de participar en la economía al nivel que quisieras", afirmó.
Así las cosas, el escritor aboga por una política integral que permita a todas las fuentes de la polución, desde la industria hasta el transporte, "actuar en el nivel más eficiente posible".
Noemí Jabois
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