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El llamado Síndrome de Resignación afecta únicamente a los niños asilados, descubierto en los 90 se pensaba que se daba solamente en Suecia, aunque recientemente se han informado casos en otras latitudes.
Los síntomas son de aislamiento completo, no abren los ojos, ni caminan y mucho menos hablan, solo duermen, se apagan. Eventualmente logran recuperarse.
En Suecia se han visto casos de niños que pasan años en estas condiciones, todo funciona con normalidad, pero no se mueven, incluso algunos ni abren la boca, parece como si entraran en coma.
Traumas
Los médicos que tratan a los niños con estas condiciones concuerdan en que el trauma es lo que causa que se aíslen del mundo. Los más propensos a desarrollar este síndrome son los que han sido testigos de una violencia extra, contra ellos o contra sus padres o familiares y que han huido de este ambiente inseguro, también se ha visto en niños que han experimentado largos o complicados procesos migratorios.
Casos o síndromes similares se han visto en situaciones de estrés grave, los campos de concentración nazi, por ejemplo.
Uno de los casos se trata de una niña que observó como la mafia golpeaba a sus padres y terminaban secuestrando a su padre, la madre cuenta que la niña se encontraba muy alterada mientras su padre no estaba gritándole que lo encontrara y golpeando la pared con los pies.
Tras huir del su país de origen y llegar a Suecia, la niña poco a poco se fue apagando, hasta que luego de que se les informara que no podían quedarse en el país la niña dejó de hablar y comer.
El perfil es bastante específico, con grupos étnicos y geográficos específicos: la mayoría provenientes de la antigua Unión soviética y los países balcánicos, gitanos y yazidíes; ningún africano y muy pocos de Asia.
Tratamiento
Realmente no hay una forma de hacer que despierten, doctores afirman que para despertarse los niños deben sentirse seguros, se cree que cuando son testigos de alguna violencia de este tipo contra sus padres su vínculo más importante en el mundo queda destrozado, se rinden.
Existe un centro en Suecia que los trata aislado de sus padres, a los que están despiertos. Intentan que se reencuentren con sus sentidos por ellos mismos, oler, saborear, incluso si están siendo alimentados por una sonda, poco a poco se intenta que ellos vayan ganando independencia.
Está prohibido hablar sobre temas de inmigración frente a los niños que están siendo tratados.
El debate
Si bien en esta década han disminuido el número de casos del síndrome de resignación en los últimos años, En Suecia, por ejemplo, donde el síndrome se descubrió y se pensaba que era exclusivo de la región hasta hace poco, para 2016 se registraron 169 casos.
Se ha suscitado un debate alrededor del síndrome y su veracidad, rumores de que los padres envenenan a sus hijos o que los niños fingen han difuminado la preocupación real y una posible solución.
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