Los más relevantes y frecuentes son la fatiga y la dificultad para respirar. De hecho, estos síntomas alcanzan a un 60 % de los pacientes. Otros síntomas comunes son el dolor de cabeza, la tos y la pérdida de olfato y del gusto.
Cuando nos pica una pulga, lo primero que aparece es un círculo rosado en la zona afectada. Seguidamente se produce la hinchazón y la sensación de picor y ardor.
Tos, fiebre, cansancio o la falta de aire son los síntomas más comunes aunque también se añadieron a la lista el dolor de garganta, la diarrea, los vómitos o la disminución o pérdida del gusto y del olfato.