La sostenibilidad debe ser uno de los pilares de las empresas después de la pandemia. Ahora, los clientes valoran aspectos que antes no valoraban como la proximidad o la contaminación.
Aunque los coches por electricidad son menos dañinos que los de diésel o gasolina, su impacto sobre el medio ambiente va en función de cómo se cargan de energía, de su manufacturación y del reciclaje de las baterías.
La pandemia y el confinamiento ha llevado a la población a modificar sus hábitos de consumo y apostar por una alimentación más sostenible, con productos de kilómetro cero.