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Pensando en un futuro cada vez más caluroso y en la demanda eléctrica inasumible si se quiere luchar contra el calentamiento global, os presentamos una opción sostenible para enfriar y calentar edificios: el pionero material de revestimiento desarrollado por ingenieros de Berkeley Lab, cuyo trabajo se plasma en un techo inteligente.
Desarrollan un techo inteligente que regula la temperatura de una casa sin consumir energía
“Nuestro revestimiento de techo inteligente pasa automáticamente de mantener el frío a calentar, según la temperatura del aire exterior. Se trata de un sistema de aire acondicionado y calefacción sin energía ni emisiones, todo en un solo dispositivo”, afirma Junqiao Wu, científico de Berkeley Lab.
El material denominado TARC “revestimiento radiativo adaptable a la temperatura” permite un importante ahorro energético y es de fácil instalación. Consiste en fragmentos de 2 x 2 centímetros que se adhieren al techo como una cinta adhesiva.
Otros materiales como las pinturas blancas hacen rebotar la luz del sol y el calor para refrescar los edificios.
La principal novedad de este techo inteligente es que, además de mantener la casa fresca en verano, el material ayuda a calentarla en invierno, puesto que cuando los termómetros bajan, el material pasa automáticamente a atrapar el calor, evitando tanta calefacción.
Hay un peculiar compuesto llamado óxido de vanadio crucial para el desarrollo de este revestimiento
En 2017, el equipo descubrió una propiedad inusual del VO2: cuando alcanza los 68 ° C (153 ° F), el material conduce electricidad pero no calor, en aparente violación de la física conocida hasta la fecha.
Poniendo en marcha esta peculiaridad, el material absorbe y emite luz infrarroja térmica, como decíamos, alejando el calor del edificio en verano. Cuando el clima refresca, el material permite que el calor pase del exterior al interior.
Para comprobar su eficacia, los ingenieros compararon muestras de materiales comerciales para techos blancos y oscuras con parches de película delgada de TARC de 2 centímetros cuadrados. Sensores inalámbricos midieron los cambios en la luz solar directa y la temperatura.
El revestimiento fue capaz de reflejar alrededor del 75 % de la luz solar independientemente del clima.
Cuando el mercurio subió por encima de los 30 ° C, TARC devolvió hasta el 90 % del calor a la atmósfera. Mientras, cuando clima se enfrió por debajo de los 15 ° C, el material para tejados devolvió solamente el 20 % del calor, ideal para los meses de invierno.
En los próximos experimentos emplearán prototipos TARC más grandes para evaluar su aplicación práctica a tejados completos.
Este proyecto podrá tener más utilidades
Entre ellas, como protector térmico para alargar la vida de batería de dispositivos electrónicos, proteger a los satélites y los coches de temperaturas extremadamente altas o bajas, incluso fabricar tejidos reguladores de la temperatura.
Simulando el funcionamiento del material en 15 zonas climáticas diferenciadas de Estados Unidos, los científicos calcularon que un hogar con este techo inteligente podría ahorrar un 10 % de su factura eléctrica gracias a TARC.
Otros investigadores acaban de anunciar un recubrimiento similar para vidrio y ventanas, utilizando nanopartículas de dióxido de vanadio como uno de sus ingredientes activos.
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