Las tiendas del futuro ya están aquí

Así transformará las tiendas el COVID-19. Los comercios tendrán pantallas para probarse maquillaje de forma digital o códigos QR para pedir cita previa.

¿Qué ocurrirá dentro de las tiendas?

El comercio busca que sus clientes se sientan cómodos y seguros cuando cruzan su puerta. Ir de compras será una experiencia nueva en este momento a raíz de la pandemia y el periodo de las "fases”.

De esta manera, las tecnologías y el marketing digital estarán entre nosotros en ocasiones de una forma visible y en otras ocasiones será imperceptible.

Las novedades que encontraremos al ir de compras van desde los controles de temperatura a la entrada del establecimiento hasta soluciones tecnológicas para no tener que probarse físicamente la ropa.

Como si de una película de ciencia ficción se tratase, entrar en la que empieza a dibujarse como la tienda del futuro, es toda una experiencia. 

Nos vamos a familiarizar con los sistemas de fotogrametría

En las tiendas que lo pongan a disposición de los clientes, el consumidor entrará en el probador y un sistema de fotogrametría hará una copia virtual de su cuerpo. “Tomará las medidas como lo haría un sastre y realizará un avatar del cuerpo humano, que además de recomendarle tallas también servirá para aconsejar al cliente sobre qué tipo de prendas le sientan bien a su fisionomía”, lo explica Alberto Cáceres, CEO de Trison.

Desde esta compañía, explican a ABC, que ya estaban trabajando en dichas líneas de marketing para ofrecer un valor añadido al cliente en el proceso de compra. La multinacional cuenta con delegaciones en más de diez países europeos, América y Asia. “Desde hace dos años trabajamos en la digitalización de espacios físicos”, explica. Con el desarrollo de la pandemia, el sistematal y como estaba concebido ha dado un giro, teniendo así, una aplicación directa en el momento de compra. Amena, divertida y segura.

De esta novedosa manera, una vez que el cliente cuente con su avatar (personal), y si no ha variado su peso, cada vez que vuelva a la tienda no tendrá que probarse las prendas.

Este avance no solo se verá en el textil. Trison ya ha dotado a algunos de sus clientes, como Sephora, de herramientas para el maquillaje virtual que espera ahora cobren nueva relevancia en un momento en que se tendrán que evitar los contactos en los establecimientos para frenar los posibles contagios. También, en el sector de la cosmética: la marca Lush ha creado un sistema de venta que permite pedir por correo electrónico y recoger en tienda mediante cita previa.

Por su parte, la marca de joyerías Tous ha creado unos probadores de pendientes impresos en 3D que permitirán al cliente hacerse una idea de cómo le quedan las piezas evitando la manipulación directa del artículo.

La tecnología que no veremos

Las cámaras de control de temperatura o esas otras para medir el aforo, estarán presenten en tiendas y grandes superficies. Para medir la seguridad y establecer más controles de limpieza en zonas donde se concentra un mayor número de gente. “Hasta ahora se usaban para el seguimiento de la actividad en cada espacio de la tienda, para ver cuáles eran las zonas en los que los clientes no se detenían y mejorarlas, pero ahora cobran una relevancia distinta por el Covid”, explica en este ámbito el CEO de Trison.

¿Y en los centros comerciales?

Al deambular por los pasillos, nos percataremos de que los suelos están llenos de pegatinas, recordando que siempre debemos respetar los 2 metros de distancia. En algunas paredes verás que hay pegados dispensadores de geles hidroalcohólicos para desinfectarse. Igualmente, no podrás tocar las pantallas, solo observarlas desde una distancia prudencial. Tampoco podrás usar los espacios comunes, como zonas infantiles o de descanso. Estarán temporalmente cerradas.

Tal y como plasmamos en la noticia, salir de compras será una nueva experiencia desde casa, una vez estemos en la tienda los olores, sensaciones visuales y estrategias de venta, serán un fiel aliado para cliente y vendedor, éste seguirá usando el don de la palabra para “seducir” sobre los beneficios del producto.

Una herramienta muy potente que, se mantiene inalterable con el paso de los siglos, manteniendo así, el arte de la palabra para hacer un buen cierre de la venta.