Teletrabajo y accesibilidad: El papel de la tecnología en tiempos de pandemia

No todos los empleos y profesiones dan la opción al teletrabajo, pero la gran mayoría de los confinados por la pandemia aceptaron el reto de trabajar desde casa, aunque ello conlleva hacer un uso intensivo de las tecnologías, las cuales deben ser accesibles para que las personas con discapacidad que las precisen, también tengan el derecho de trabajar.

Mucho se ha escrito sobre el teletrabajo, la nueva normalidad laboral en estos tiempos de pandemia. La mayoría de los artículos tratan sobre las dificultades para encontrarte cómodo trabajando en casa, proponen ideas sobre qué hacer con los niños o describen los problemas de ciberseguridad que han ido surgiendo. Pero sobre la importancia de la accesibilidad en el teletrabajo se ha hablado muy poco.

El reto de trabajar desde casa sin haberlo hecho antes

Ha quedado claro que el ser humano se debe de adaptar continuamente a los cambios para poder sobrevivir, ya lo decía Darwin. Por lo que no cabe en nosotros el miedo al cambio. De un día para otro tuvimos que aceptar el reto de trabajar desde nuestras casas y aprender a utilizar rápidamente herramientas digitales nuevas para llevarlo a cabo.

El teletrabajo no es desconocido en el ámbito de la discapacidad. De hecho, es una alternativa muy efectiva para la inclusión laboral de personas que tienen discapacidades que dificultan su traslado a una oficina.

Como es ya conocido, las reuniones virtuales se han convertido en la nueva moda social y no se limitan al ámbito laboral. ¿Quién no ha quedado con amigos para tomar una copa por videoconferencia?

Aplicaciones que antes eran desconocidas para muchos, como Teams, Zoom o Google Meet, nos permiten hoy teletrabajar y mantener reuniones en la red. Asimismo, una buena parte del mercado laboral y de la comunidad escolar ha sido forzada por las circunstancias a trabajar desde casa y otro porcentaje igual o superior lo tendrá que hacer próximamente.

La tecnología es la fiel aliada del teletrabajo

Para que esto se lleve a cabo hay que hacer grandes cambios, desde adaptar las casas a ser un espacio destinado al trabajo a adoptar nuevos horarios, que a veces van más allá del laboral, hasta asimilar una doble carga familiar y laboral, en algunos casos.

La accesibilidad, en este contexto, es verdaderamente necesaria para que la inclusión de las personas con discapacidad sea real. Existe un brecha digital importante en este sector de la población. Desde nuestra experiencia, podemos defender que existe la brecha en lo que se refiere a la falta de tecnología, ya que quizás su situación económica no les permita disponer de ella.

La brecha digital impide el teletrabajo

Pero hay otras casuísticas que inciden directamente en esa brecha digital que deja fuera a muchas personas con discapacidad, por ejemplo el saber o no utilizar esa tecnología, contando con que pueden disponer de ella. Por esta razón, las organizaciones como el Cermi o la ONCE llevan años formando a las personas con disparidad en nuevas tecnologías.

Otra forma de discriminación es que las aplicaciones o herramientas digitales que usemos para teletrabajar no sean accesibles, no las pueda utilizar una persona sorda o invidente, por poner un ejemplo.

Los derechos de las personas con discapacidad se ven mermados

La accesibilidad es un derecho que tienen todas las personas con discapacidad. Un doble derecho, se podría decir, ya que también tienen el derecho de trabajar para llevar una vida digna.

Por lo tanto, la experiencia del teletrabajo no es igual para todas las personas, hay diferentes variables. Para las personas introvertidas este ritmo les está resultando genial, porque esa conexión entre personas no es vital para ellos. En cambio, para los introvertidos que buscan el contacto humano se les está haciendo difícil.

Sin accesibilidad, la personas con discapacidad no pueden teletrabajar

Al igual que para las personas que está habituadas a utilizar la tecnología, trabajar desde casa probablemente sea una actividad a la que se han tenido que habituar pero que no ha supuesto una hecatombe en sus vidas.

En cambio, las personas con discapacidad que no tenían las herramientas para poder teletrabajar, no sabían utilizarla o necesitan que sean accesibles y no lo son, no se han podido sumar al teletrabajo, como sí lo han hecho otros muchos ciudadanos.

¿Qué hay de la accesibilidad? En Accessibilitas analizan las aplicaciones para teletrabajar. Los desarrolladores de Zoom aseguran que este servicio cumple con los estándares de accesibilidad. Tiene disponibles subtítulos, transcripciones automáticas, accesibilidad con teclado y soporte para lector de pantalla.

Un problema de accesibilidad de Zoom es que los subtítulos automáticos están disponibles únicamente en inglés. Para que aparezcan en castellano, tiene que haber una persona redactando en tiempo real. Además, no permite acceder con lector de pantalla a las presentaciones visuales de los ponentes.

Go to Meeting solo tiene funciones de accesibilidad para baja visión y discapacidad física, que son personalización de contraste y tamaño de letra, navegación por pestañas y atajos de teclado.

Google Hangouts y Meets tienen subtitulado automático, pero en inglés. A diferencia de Zoom no es posible redactarlos en tiempo real. No obstante, cuentan con soporte para lector de pantalla, magnificadores y atajo de teclado.

Por último, Microsoft Teams ofrece soporte para lector de pantalla y, como ocurre con otras, el subtitulado automático está disponible solo en inglés y no es posible subtitular en tiempo real. Sin embargo, es una excelente alternativa para llevar a cabo reuniones por chat, que son muy útiles para algunas personas con discapacidad auditiva.

En el canal de Youtube de Fundación ONCE podréis encontrar una lista de reproducción llamada “Comunicación accesible que nos acerca”, en sus vídeos podréis ver pequeños tutoriales para aprender a utilizar las herramientas mencionadas, así como profundizar en la accesibilidad de cada una de ellas.