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El glioma difuso intrínseco de tronco, o también conocido como DIPG, es el tumor cerebral más común en los niños, además del más letal, hasta ahora. Una investigación donde ha participado la Clínica Universidad de Navarra ha modificado un virus del catarro para destruir las células cancerosas de este tumor.
Un ensayo clínico que aumenta la supervivencia media de los pacientes con tumor cerebral
La mayoría de tipos de tumores son malignos, pero existe uno que supera las cifras de muertes: el tumor cerebral infantil. Estos tumores son masas o crecimientos de células anormales que se producen en el cerebro de un niño o en el tejido y estructuras cercanas. Existen distintos tipo: no cancerosos y cancerosos.
El tumor cerebral infantil es uno de los más peligrosos en la actualidad. Cada vez son más los niños que se ven afectados por este tipo de cáncer, y la supervivencia ante él es apenas inexistente. Se le conoce como el glioma difuso intrínseco de tronco.
Sin embargo, una investigación donde ha participado la Clínica Universidad de Navarra ha modificado un virus del catarro con el objetivo de destruir a estas células cancerosas, y así ha sido. Gracias a este nuevo descubrimiento científico, las esperanzas de supervivencia ante este tipo de tumores son cada vez mayores.
El estudio clínico se inició en el 2017, hasta enero de 2020, con un total de 12 pacientes de entre 3 y 18 años, el cual logró aumentar la supervivencia de los participantes de los 12 meses a los 17,8 meses gracias al uso de un adenovirus, que se replica en células tumorales en pacientes con tumor cerebral recién diagnosticado.
En cuanto al desarrollo y el postoperatorio, los participantes fueron monitoreados para detectar posibles situaciones adversas, algo que los investigadores no vieron reflejado en los pacientes. De hecho, los menores pudieron marchar a los dos días y realizar las sesiones de radioterapia correspondientes.
Esta nueva vía de tratamiento podría ser la definitiva para luchar contra estas células malignas.
Buenos resultados con efectos adversos
Como hemos mencionado, el ensayo clínico apenas tuvo efectos secundarios para los pacientes, aunque se observan reacciones adversas como dolor de cabeza, fatiga, vómitos y náuseas. Apenas dos de los pacientes tuvieron consecuencias más negativas: desarrollaron hemiparesia (disminución de la fuerza o parálisis en un brazo y una pierna) y tetraparesia (debilidad o parálisis de las cuatro extremidades).
Sin embargo, la estrategia demostró una gran efectividad, ya que nueve de los pacientes lograron reducir el tamaño del tumor cerebral, además de mostrar respuestas muy favorables. La supervivencia media se elevó a 17,8 meses.
Por tanto, estas conclusiones son bastante esperanzadoras para poder aumentar y mejorar la supervivencia de una realidad tan crítica para los menores, el tumor cerebral. A partir de ahora, los investigadores aumentarán su ensayo multicéntrico en niños para probar una nueva terapia y buscar la mejora de la eficacia del virus a través de distintos inmunomoduladores.
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