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Washington, 9 feb (EFE).- El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Paul Ryan, aseguró hoy que el plan presupuestario aprobado en la madrugada de hoy por el Congreso "prioriza la seguridad y el bienestar del pueblo estadounidense", tras meses de debate legislativo y dos cierres administrativos.
El Congreso aprobó esta madrugada un proyecto de ley para financiar el gobierno estadounidense hasta el 23 de marzo, un texto que otorgará margen a los legisladores para ultimar el plan de financiación bipartidista que han acordado para los fondos federales de los próximos dos años fiscales.
"Llegamos a un compromiso bipartidista que prioriza la seguridad y el bienestar del pueblo estadounidense. Una vez que el presidente firme este proyecto de ley, tendremos un camino claro para seguir nuestra ambiciosa agenda para 2018", afirmó Ryan en un comunicado.
El Gobierno federal se encuentra aun técnicamente en un cierre parcial, después de que el senador republicano Rand Paul, quien se opone a aumentar el gasto que refleja el acuerdo, forzase que los fondos expiraran en la medianoche pasada con una maniobra legislativa.
El Senado y la Cámara de Representantes votaron sobre el presupuesto después de que se levantara el bloqueo del senador libertario, y a la espera de que el presidente Donald Trump rubrique el texto, las agencias federales aún están técnicamente sin fondos.
No obstante, se espera que Trump firme la ley lo antes posibles.
"Esta es una gran victoria para nuestros hombres y mujeres en uniforme. Los republicanos y los demócratas se unieron para finalmente dar a nuestros soldados y generales los recursos y la certeza de planificar el futuro", agregó Ryan.
No obstante, según recordó el presidente de la Cámara, los dos partidos hicieron concesiones.
"Al final, ninguno de los partidos obtuvo todo lo que quería en este acuerdo, pero estoy entusiasmado y ansioso por volver a trabajar en grandes cosas para este país", subrayó.
El acuerdo presupuestario contempla un aumento del gasto en defensa para los próximos dos años de 165.000 millones de dólares, y una cifra algo menor en gastos no relacionados con el Pentágono, una demanda de los demócratas para invertir en gasto social y programas de ayuda, como la asistencia a desastres o la crisis de opioides.
Sin embargo, los republicanos lograron sacar del debate de financiación las demandas migratorias de los demócratas, que se espera sean abordadas en los próximos días en el Congreso de forma independiente.
La principal preocupación de la oposición demócrata es lograr un pacto que dé una solución permanente a los cerca de 800.000 jóvenes inmigrantes indocumentados conocidos como "soñadores", los cuales perderán su protección a la deportación el próximo marzo por orden de Trump.
Las próximas semanas serán cruciales en el Capitolio para tratar de evitar que llegue esa fecha límite y que estos jóvenes, que llegaron a EEUU siendo unos niños, no corran el riesgo de ser deportados a los países donde nacieron pero de los que no tienen ningún recuerdo.
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