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Sí como lo ves, las vacas necesitan mascarillas, y es que sus eructos emiten gas metano, cosa que es perjudicial para el Medio Ambiente.
Existen mascarillas están diseñadas especialmente para vacas. Su labor es absorber los eructos del animal para transformar el metano que expulsan y lanzarlo al ambiente en forma de dióxido de carbono.
Aunque parezca broma o chiste, no lo es. Y es que en los últimos años se ha descubierto que la agricultura es uno de los sectores que contribuye con las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Los eructos de las vacas, gases perjudiciales para el Medio Ambiente
Como hemos dicho, la agricultura emite gases de efecto invernadero, y es que casi la mitad de esa huella contaminante es responsable la cría de animales, especialmente del ganado.
El caso, es que este tema ha dado lugar a mucha polémica, pues algunos consumidores se plantean si es necesario comer tanta carne, al no saber si se trata de una actividad sostenible o no.
Los ganaderos se han visto afectados, pues se ha visto una bajada en el consumo de carne u lácteos por parte de inversores y usuarios.
Pero, siempre aparecen personas que nos ayudan a buscar soluciones a estas controversias. Es el caso de Zero Emissions Livestock Project, su abreviatura es Zelp Ltd, y se trata de una startup del Reino Unido.
Zelp Ltd se encuentra desarrollando las mascarillas para vacas, un dispositivo portátil fabricada con un plástico flexible, similar al caucho, muy ligera y que pesa menos de 100 gramos.
Esta mascarilla se encarga de absorber los eructos de las vaquitas, convirtiendo el gas metano que emiten en dióxido de carbono.
Las vaquitas y sus eructos constantes
Las vacas tienen sus estómago lleno de microbios que les ayudan a descomponer las fibras resistentes de los pastos y el heno, gracias a está acción de su organismo, estos rumiantes pueden alimentarse de este tipo de alimento.
Pero, el problema viene de que esos mismo microbios buenos para ellas, fermentan el alimento, y a la vez que hacen eso producen metano.
El metano es un gas de efecto invernadero que se genera en muchos procesos naturales y en los artificiales. Uno de los más conocidos es el que se produce en el interior de la barriga de las vacas.
Este proceso del aparato digestivo es particular de todos los rumiantes, por lo que también mete en el ojo del huracán a los búfalos, ovejas y cabras.
Existía una creencia popular que dice que las vacas eliminan gran parte de ese gas metano con las flatulencias, pero se ha descubierto que alrededor del 95% de ese gas pasa al sistema respiratorio, por lo que lo eliminan a través de los eructos.
En todo el mundo se estima que hay 1.500 millones de vacas, por lo que el impacto es bastante grande, y muchos expertos creen que los eructos de las vacas contribuyen en un 5% con las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Así funcionan las mascarillas para vacas
Las mascarillas están compuestas por un conjunto de ventiladores que se alimentan por baterías que se cargan median la energía solar. Esta mascarilla absorbe los eructos y los atrapa en una cámara con un filtro que absorbe el metano.
Esa cámara se asemeja con el convertidor catalítico de un automóvil, pues una vez que el filtro está lleno, se da una reacción química que convierte el metano en dióxido de carbono.
La startup Zelp Ltd comenta que su producto consigue reducir las emisiones diarias que provocan los eructos de una vaca individual en, aproximadamente, un tercio.
Francisco Norris, su cofundador, espera aumentar eso antes de que Zelp Ltd esté disponible comercialmente el próximo año. Junto a su hermano Patricio, cofundador de la empresa, son hijos de ganaderos argentinos, y están muy ligados con los obstáculos a los que se enfrenta este sector.
Está claro que el dispositivo tendrá que ser muy revisado por los expertos, por lo que el equipo de la startup ha comenzado a prepararse para enviar el producto a organismos de certificación de responsabilidad climática
En caso de recibir el sello de aprobación, el siguiente paso será convencer a los agricultores para que se animen a utilizar esta mascarilla en sus vacas. El caso es que esta herramienta tiene una suscripción anual inicial de 45 dólares por vaquita.
Son conscientes de que no resulta barato, pero creen que el ganadero lo podrá recuperar incrementando el precio del producto, pues piensan que los clientes estarán dispuestos a pagar más por carne de res con menos emisiones.
De momento, la compañía de las mascarillas para vacas prueba su tecnología con ABP Food Gropu, uno de los proveedores de carne más grandes de Europa.
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