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Un estudio realizado por la empresa Global Omnium, en colaboración con la Fundación Visit València y el Ayuntamiento de la ciudad levantina, ha medido las fuentes emisoras de gases de efecto invernadero y su efecto en el medio ambiente en diez ámbitos distintos relacionados con el turismo. Por ejemplo, el transporte, el alojamiento, el disfrute de restaurantes, locales de ocio o compras; el tratamiento de residuos, la gestión del agua o las infraestructuras necesarias para soportar la oferta turística.
Tras este estudio, se concluye que Valencia se ha convertido en la primera ciudad del mundo en verificar y certificar la huella de carbono de la totalidad de la actividad turística de la ciudad.
Sostenibilidad en Valencia
El informe ha sido certificado por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), y de esta manera, la ciudad del Turia pasa a ser un referente mundial en materia de sostenibilidad.
Estos pasos que da ya la ciudad de Valencia mirando las energías renovables cumplen con la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en varias áreas: social y económica, en el área de patrimonio, recursos, medio ambiente y clima y en el área de gobernanza por la sostenibilidad.
La actividad turística desarrollada en la ciudad de Valencia, en la línea de los compromisos de la Fundación Visit València y de Global Omnium, se adapta a las necesidades medioambientales marcadas por la ONU, el European Green Deal y por la nueva Ley de Transición Ecológica de España, que tendrán importantes implicaciones para el sector turístico.
¿Qué es la huella de carbono ?
Hacemos referencia a un indicador ambiental que pretende reflejar la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto.
Tal y como reza Wikipedia, copiamos literalmente, ‘este impacto ambiental es medido llevando a cabo un inventario de emisiones de GEI o un análisis de ciclo de vida según la tipología de huella, siguiendo normativas internacionales reconocidas, tales como ISO 14064, ISO 14069, ISO 14067, PAS 2050 o GHG Protocol entre otras. La huella de carbono se mide en masa de CO2 equivalente. Una vez conocido el tamaño y la huella, es posible implementar una estrategia de reducción o compensación de emisiones, a través de diferentes programas, públicos o privados’.
Desarrollo de un turismo sostenible
Toda la actividad turística de 2019 medida en este informe alcanza los 1,286 millones de toneladas de CO2, de las que un 81% corresponden a los desplazamientos de los turistas hasta València, pero solo un 0,92% corresponde al uso del transporte en la ciudad.
La cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por la actividad turística equivale a la tercera parte de la huella de carbono generada por el consumo de alimentos de todos los habitantes de la ciudad. También aporta el estudio que, el 0,01% de la huella del turismo proviene del consumo de agua, en la ciudad con la mayor eficiencia hídrica de Europa y el 0,41% de la recogida de residuos sólidos y su tratamiento.
Con respecto al turismo sostenible, en Valencia se viene realizando un intenso trabajo en este área.
La ciudad trabaja para alcanzar una actividad turística neutra en carbono en 2025, convirtiendo a València en el primer destino turístico del mundo con un impacto medioambiental cero. Para ello se establecerán las acciones que reduzcan y compensen la emisión de C02 derivada del sector turístico.
Valencia puede comenzar un camino hacia las energías renovables, que permita a la ciudad un desarrollo de la movilidad eléctrica en una orografía prácticamente plana y mantener y generar entornos naturales como la huerta, el Jardín del Turia o el Parque Natural de L’Albufera en absorber emisiones de CO2.
Se pone la atención en el petróleo y la reducción de su consumo, la mejora de la eficiencia energética y la disminución del consumo de energía procedente de fuentes no renovables. La ciudad proyecta incentivar el consumo y correcta gestión de productos, bienes y servicios, cuya fabricación y logística conlleven la menor emisión de gases de efecto invernadero en su transporte. Igualmente velará por potenciar la economía local y circular, desarrollando y gestionando un etiquetado de proximidad de forma que el turista conozca el impacto del producto sostenible, seguro y saludable que está adquiriendo.
Un puerto sostenible en Valencia
El caso de La Autoridad Portuaria de Valencia está siendo muy significativo y eficaz en esta área, al impulsar diferentes acciones para suministrar energía eléctrica a los buques atracados en el puerto. Y es que, la lucha contra el cambio climático y la reducción de las emisiones de CO2 y de otras partículas contaminantes centrará buena parte de las inversiones y de las actuaciones en materia medioambiental en el puerto valenciano durante los próximos años.
Así lo expuso el jefe de Políticas Ambientales de Valenciaport, Raúl Cascajo, durante un foro sobre impacto de actividades portuarias y medio ambiente. Cascajo explicó que el liderazgo de Valenciaport se está mostrando también a la hora de aplicar medidas ecoeficientes; “por ejemplo para reducir la huella de carbono, como lo demuestra la evolución de la Huella de Carbono del puerto de Valencia; que en los últimos años, desde el año 2008 hasta el 2016, ha acumulado una disminución del 17% pasando de 3,12 a 2,58 t CO2e por tonelada movidas”.
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