Lectura fácil
Hace unos meses encontré en FilmAffinity una película muy poco conocida. Se trataba de una adaptación de 1979 de la obra 'El Buscón', de Francisco de Quevedo. A pesar de contar en su reparto con actores de renombre como Ana Belén, Juan Diego o Francisco Rabal, el largometraje solo tiene a fecha actual 73 votos en la plataforma, lo que genera una idea de la escasa distribución que ha tenido el filme a lo largo de sus más de cuarenta años de vida.
Intenté en vano encontrarla en las principales plataformas, incluso en Filmin y FlixOlé, que apuestan fuerte por el cine independiente y español, principalmente esta última. No tuve suerte. Miré en bibliotecas, también sin éxito. Al fin, decidí buscar en sitios web de segunda mano, y fue entonces cuando apareció una copia de VHS en todocoleccion.net, donde aún sigue, esperando a que algún día me decida a comprarla.
Esto me hizo cerciorarme de la importancia que aún tiene el formato físico como el VHS, sin el cual muchas películas desaparecerían. Hay que tener en cuenta que las plataformas de streaming como Amazon Prime, Netflix o HBO adquieren derechos de emisión de las películas. Pueden ser permanentes, pero en buena medida son temporales. Aunque la sensación es que hay una ingente cantidad de películas presentes en la red de forma legal, lo cierto es que hay mucho fondo audiovisual muy difícil de encontrar, principalmente por el escaso interés que tienen para las principales plataformas, destinadas al gran público para que generen la mayor cantidad de visitas posible. Aunque, todo sea dicho, cada vez es más fácil encontrar películas menos comerciales en ellas. Por ejemplo, Amazon Prime cuenta con gran parte de las películas de Ingmar Bergman en su catálogo. No obstante, en definitiva, es más fácil encontrar la saga de Harry Potter en varias de estas plataformas que la filmografía entera de Clint Eastwood en una sola.
Existen sistemas de intercambio para coleccionistas de VHS
Tal y como recuerda 20bits.com, el VHS saltó al mercado en 1976 y durante veinte años fue el rey de la distribución doméstica hasta la llegada del DVD y el más reciente Blu-Ray. Desde que encontrar un videoclub en la calle ya es casi tan raro como toparse con un limpiabotas, son muchos los coleccionistas que rastrean para hacerse con películas en VHS difícil de encontrar en otro formato. Así, nacen ideas como Free BlockBuster, un sistema de intercambio de VHS por buzoneo que en Estados Unidos ya le ha costado algún aviso a su creador, Brian Morrison, para que deje de usar el nombre de la famosa cadena de videoclubes que cerró en 2010. "Coge una película, deja una película, rebobina", es el lema de este movimiento que atraviesa el país de punta a punta, con 69 puntos de intercambio totales repartidos entre EE.UU, Australia y Canadá.
Además de promocionar el cine nacional e internacional, instituciones como la Filmoteca Española y las Filmotecas de las diferentes comunidades, velan por recuperar el patrimonio fílmico y documental, que a veces hasta aparece en forma de rollos de película en armarios vetustos. El futuro será digital, pero los coleccionistas de películas en VHS y DVD tendrán para siempre entre sus manos pedacitos de historia que en Internet circulan a su suerte y de forma perecedera, si lo hacen. Además, siempre pueden venderlas o subastarlas en Internet a precios exponenciales.
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