Despidos y un lavabo, así ha sido la llegada de Elon Musk a Twitter

Todos conocemos a Elon Musk, ese multimillonario y excéntrico empresario que hace pocos días terminó finalmente de formalizar la compra de una de las redes sociales más potentes que existen actualmente: Twitter. Aunque las negociaciones de esta compra sufrieron ciertos altibajos, finalmente la transacción llegó a su fin horas antes de la fecha límite con un desembolso total de 44.000 millones de dólares.

Todas las redes sociales, incluida la que acababa de adquirir, no pararon de comentar la extravagante llegada de Elon Musk a las oficinas centrales de Twitter con un fregadero de cocina, con una frase tallada que decía "¡Dejen que se hunda!" en inglés, que además es un juego de palabras entre la conjugación del verbo 'hundir' y fregadero. Pero además, también llegó con unos cuantos importantes despidos bajo el brazo que tampoco pasaron desapercibidos.

Elon Musk no ha tardado ni medio segundo en empezar a ejercer como jefe

Unas cuantas cabezas importantes rodaron con la llegada de Elon Musk a Twitter. Esperados o no, los despidos de Parag Agrawal, quien había sido director ejecutivo de la compañía hasta ahora, y quien además fue uno de los principales puntos de presión para que Musk cumpliese con el acuerdo pactado para la compra de la red social en el precio y el tiempo acordado, junto con Ned Segal, director financiero, también dieron que hablar durante días.

Las tensiones entre estos altos directivos y Elon Musk llegaron cuando el multimillonario empresario parecía querer echarse atrás de los acuerdos de la compra de Twitter, algo por lo que la compañía tuvo que emprender acciones legales forzando finalmente el trato final. Se desconocen los detalles claros de toda la ronda de negociaciones que acompañó esta compra, pero Musk aseguró a través de su cuenta oficial de Twitter que no lo hacía por ganar dinero, de hecho la empresa se encontraba ante un importante reto: renovarse y crecer o descender.

¿Filantropía o el negocio perfecto?

El discurso que defiende Elon Musk por su decisión de comprar Twitter es sencilla, el deseo de que "la civilización tuviera una plaza común digital". De hecho, la compañía saldrá de la Bolsa de Valores de Nueva York para dejar de cotizar. Según Musk es su forma de "ayudar a la humanidad". Pero, ¿realmente la compra de esta red social ha sido un mero acto de filantropía? ¿o es posible que se esconda algo más tras este acuerdo?

Es difícil saberlo, al menos de momento. Lo que se tiene claro hasta ahora es que su entrada a la compañía no ha resultado seria, incluso ha llegado a cambiar su biografía en Twitter y ahora aparece como "Jefe Twit". Algo que tampoco queda en entredicho es el poder y el potencial de esta red social, que en los últimos años se ha convertido en una fuente oficial de información, principalmente de la política, y en muchos casos, plataforma electoralista.