Durante los siglos XIX y XX, la caza industrial de ballenas llevó al borde de la extinción a especies como la ballena franca y la ballena gris en las aguas de la Europa atlántica.
Las poblaciones de ballenas grises notifican un descenso muy abrupto de sus poblaciones, por lo que los científicos están estudiando las posibles causas, pero todo apunta al cambio climático.
Recientes estudios e investigaciones han demostrado la alta presencia de ballenas jorobadas en la zona de la Antártida, lo que significa una evolución muy positiva de estas especies en el hábitat marino.