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A nadie escandaliza ni sorprende que la población general desconfíe de la política, y más aún de sus representantes. Pero en España la situación se presenta altamente preocupante a este respecto teniendo en cuenta las cifras obtenidas por el último 'Estudio sobre confianza en la sociedad española', realizado por la Fundación BBVA. En él se analizan diferentes aspectos de la confianza general de la población sobre los servicios públicos y las diferentes instituciones.
Este desencanto de la política y de los que dirigen el país, no ha llegado de la nada. Diversos escándalos en los partidos políticos más representativos, que se llevan arrastrando, fueron un importante punto inflexión, pero no el único. Otros factores como la gestión de las situaciones de crisis suelen ser de las que más pesan en la opinión pública general. A esto también se le suma el comportamiento público de muchos representantes y la beligerancia con la que se nutren muchos discursos entre los diferentes partidos.
La política suspende en todas sus formas
Centrándonos en las cifras obtenidas por esta macroencuesta, surgen datos reveladores como que la confianza en servicios como la sanidad pública o la policía destacan en sus notas con un 88 % y un 85 % de la confianza respectivamente. Esto puede deberse principalmente a que fueron dos de los servicios más activos durante la crisis de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, los partidos políticos suspenden estrepitosamente con un 28 %.
Y es que el 92 % de los españoles considera que la política en general está corrupta. Dentro del mismo informe, se señala que 2 de cada 3 ciudadanos considera que la corrupción se encuentra altamente extendida en la administración pública del país, poniendo a sus representantes a la cabeza de la responsabilidad de prácticas corruptas, cuyo impacto directo afecta a la calidad del sistema institucional. Por supuesto el Gobierno central no se queda fuera de esto y suspende con un 3,7 de nota media.
Los políticos se quedan a la cola con un 2,7 % en cuanto a confianza en los profesionales de las diferentes instituciones, tanto públicas como privadas. Solo los youtubers e influencers se quedan por debajo con un 2,4 %. Más allá de si la opinión pública tiene suficientes motivos o no para tener estas valoraciones, lo cierto es que pone de manifiesto un grave problema dentro de la Administración pública y de la política en general.
¿Consecuencias?
Aunque la desconfianza en los partidos políticos y sus representantes pueda parecer un tema menor, o incluso 'gafes del oficio', pero lo cierto es que genera un caldo de cultivo para la inestabilidad política y este no es un tema menor. La estabilidad dentro de las instituciones públicas no solo es necesaria para realizar una correcta administración estatal, sino que se vuelve indispensable para el manejo de las situaciones de crisis.
Por otro lado, el desencanto con la política, puede llevar a actitudes poco favorables por parte de la ciudadanía, como el desapego total de este elemento clave para el desarrollo de las sociedad, o la tendencia hacia ideologías más radicales que prometan cambiar las reglas del juego, siendo esto poco favorable a corto y medio plazo para cualquier democracia.
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