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Cuando vemos la palabra 'passivhaus' casi no sabemos ni cómo pronunciarla y mucho menos a qué se refiere. Sin embargo, este término lleva existiendo desde los 80, momento en el que surgió en Alemania para agrupar una serie de estándares relacionados con el consumo de las viviendas, siguiendo los modelos de sostenibilidad, de esta forma, también se pudo certificar construcciones e infraestructuras. En la actualidad ha vuelto a cobrar fuerza debido a la transformación, cada vez más potente, que estamos viviendo en las urbes modernas.
Con una nueva consciencia y una búsqueda cada vez mayor por encontrar modelos sostenibles que nos ayuden a ser más respetuosos con el medioambiente y menguar las devastadoras consecuencias del cambio climático, los estándares de passivhaus se pone nuevamente sobre la mesa de arquitectos, constructores y todo tipo de entidades públicas y privadas que busquen una guía para iniciar la transición ecológica de las ciudades y comunidades del futuro.
Los estándares passivhaus, un faro en la dirección correcta
El profesor Bo Adamson, de la Universidad Lund en Suecia, en colaboración con el investigador Wolfgang Feist del Instituto für Wohnen und Unwelt, de Alemania, se unieron para acuñar el término de passivhaus y además dotarle del sentido que posee. Entre estos dos expertos, lanzaron un proyecto de investigación en 1988, que fue financiado por el Ministerio de Medio ambiente alemán. Con este impulso, promovieron los estándares en los que se basarían las nuevas estructuras sostenibles.
De esta forma, para que una infraestructura o vivienda pueda considerarse como 'passivhaus', ha de cumplir con una serie de requisitos en su consumo energético y sus estándares de calidad para la estadía en su interior. Entre estos parámetros esta el de reducir hasta en un 80 % la capacidad de consumo de una construcción convencional, sin perder unos sistemas de calefacción y ventilación adecuados en el interior del inmueble. El aislamiento, los sistemas de autoconsumo como la aerotermia o la generación de energía solar, son las principales herramientas para conseguir este objetivo.
La evolución e integración del modelo
Pocos años después del trabajo de estos investigadores, en 1990, se creó por primera vez la primera construcción bajo los estándares del passvihaus en Alemania, con gran éxito. Consiguieron integrar sistemas que mantuvieron una climatización adecuada, a pesar de la reducción en el consumo energético, del interior de la vivienda. Este fue un primer gran paso para la exportación del modelo sostenible que ya ha conseguido llegar a más de 20 mil edificaciones en todo el mundo.
En España también se ha ido integrando poco a poco y con el nuevo impulso de la búsqueda por la sostenibilidad, se espera que el passivhause sea una herramienta clave para la transformación de las urbes. Recientemente, una vivienda construida en Barcelona, obtuvo la clasificación más alta que se otorga teniendo en cuenta estos estándares, convirtiéndose así en la casa más sostenible de toda Europa.
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