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Un estudio liderado por investigadoras del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba, en colaboración con un investigador de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ha arrojado resultados alentadores sobre el comportamiento defensivo de adolescentes ante el acoso escolar.
La investigación, basada en un seguimiento longitudinal de 3.303 adolescentes, desafía la noción tradicional de que el rol de defensor es estático y revela cuatro trayectorias distintas de comportamiento defensivo: estabilidad en niveles altos, descenso, aumento y estabilidad en niveles bajos a lo largo del tiempo.
Los resultados muestran que el 84 % de los adolescentes defienden de manera constante a las víctimas de acoso escolar, indicando una actitud solidaria y persistente.
Factores asociados y promoción de conductas defensivas ante el acoso escolar
El estudio analiza la asociación de las trayectorias de defensa con variables relacionadas con la gestión de las relaciones entre iguales, como el ajuste normativo, el ajuste social y la popularidad autopercibida.
Tratando de romper con la idea de que ser defensor o no defensor era un rol estanco "exploramos distintas trayectorias que nos ayudasen a comprender los comportamientos de defensa: aquellos que siempre defienden, quienes nunca lo hacen y, sobre todo, por qué se comienza a defender o por qué se deja de hacerlo", explicó la catedrática Eva Romera.
Los adolescentes con una trayectoria estable en defensa alta también mantienen un ajuste normativo, social y una percepción de popularidad constante.
Por otro lado, aquellos que dejan de defender tienden a alejarse de las normas sociales, mientras que los que comienzan a defenderse experimentan un aumento en la integración social y en la percepción de influencia dentro del grupo.
Estos resultados respaldan la idea de que fomentar la defensa requiere un ambiente cohesivo donde los adolescentes se sientan parte de un grupo que valoran y protegen, promoviendo el liderazgo y la legitimidad para generar cambios positivos en situaciones de acoso escolar.
Los resultados de la investigación son esperanzadores
"Los resultados de la investigación muestran cómo la propia red social en su naturaleza tiene una potencia restauradora. El grupo de defensa es fuerte y estable", prosiguió la catedrática Rosario Ortega.
Para comprender lo que ocurre y estimular la promoción de conductas defensivas ante el acoso escolar, el estudio de la UCO analizó la asociación de las diferentes trayectorias de defensa a la víctima en relación con otras tres variables referentes a la gestión de las relaciones con los iguales, concretamente, el ajuste normativo, el ajuste social y la popularidad autopercibida de los escolares.
El ajuste normativo implica tener un comportamiento ético y responsable. "Si estás ajustado normativamente es porque respetas a los demás" señala Romera. Por su parte, el ajuste social implica estar integrado dentro del grupo y, por último, la popularidad autopercibida alude a la propia posición social de visibilidad e influencia que cree tener el adolescente dentro del grupo.
Estímulos educativos y proyectos futuros
Las investigadoras resaltan la importancia de seguir desarrollando propuestas educativas centradas en la ética del cuidado.
Programas como "CuidaMe" buscan fortalecer la cohesión grupal y proporcionar liderazgo y legitimidad a los adolescentes, fomentando así comportamientos defensivos y solidarios.
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