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La grave sequía que ha afectado a grandes extensiones de África meridional está amenazando las vidas de cientos de miles de niñas y niños en los seis países más afectados. Se espera que 270.000 niñas y niños sufran desnutrición aguda grave en 2024.
Las condiciones meteorológicas de África relacionadas con El Niño, que incluyen precipitaciones extremadamente escasas, han provocado que Lesoto se convierta en el último país en declarar el estado de catástrofe alimentaria nacional, tras declaraciones similares de Botsuana, Malaui, Namibia, Zambia y Zimbabue.
"Las necesidades humanitarias a las que se enfrentan las niñas y los niños debido a El Niño son extremadamente preocupantes", declaró Etleva Kadilli, directora regional de UNICEF para África oriental y meridional. "El aumento de la inseguridad alimentaria y la desnutrición, los problemas de acceso al agua potable y al saneamiento, así como los riesgos de brotes de enfermedades como el cólera son una grave amenaza. Miles de niñas y niños están a punto de sufrir un impacto irreversible en su salud y crecimiento debido a la crisis relacionada con el clima y esta advertencia no debe pasar desapercibida para la comunidad internacional."
La pobreza se agrava en el sur de África por la sequía
En Lesoto, Malawi, Namibia, Zambia y Zimbabue, 7,4 millones de niñas y niños viven en situación de pobreza alimentaria, de los cuales más de 2 millones sobreviven con dietas extremadamente pobres que incluyen como máximo dos grupos de alimentos. Esta situación se ha agravado en gran parte del sur de África debido a la sequía. Las comunidades han perdido cosechas y ganado por falta de pastos y agua.
Las niñas y los niños se ven muy afectados por las perturbaciones climáticas en África meridional. Estas perturbaciones reducen drásticamente la cantidad, diversidad y calidad de los alimentos disponibles, afectan negativamente al cuidado de las niñas y los niños e interrumpen el acceso a agua limpia y segura, exponiéndoles a enfermedades infantiles potencialmente mortales, como la diarrea.
“Mediante una colaboración innovadora, ideas y financiación que incluyan la participación de la comunidad, como los grupos de atención dirigidos por madres en Zimbabue y el programa multisectorial de nutrición a gran escala en Zambia, podemos garantizar que las niñas, los niños y sus familias reciban el apoyo de esfuerzos sostenibles que les protejan de algunas de las graves consecuencias de las crisis climáticas en la región”. El fortalecimiento de los sistemas nacionales de protección social es una de las herramientas clave de UNICEF para ayudar a las familias a aumentar su resiliencia ante futuras crisis y a recuperarse de los efectos de las emergencias”, añadió Kadilli.
"La inversión y la innovación en la creación de resiliencia familiar y social son vitales. Se debe dar prioridad a los marcos que se mantengan aptos para el futuro, incluidos los sistemas alimentarios diversos, el agua potable, los servicios de saneamiento, la educación informada sobre el clima y la atención sanitaria sensible al clima, junto con la salvaguarda de los servicios y sistemas clave para los niños a fin de garantizar la calidad y el acceso ininterrumpido."
Además de invertir en resiliencia, UNICEF pide que se aceleren y amplíen urgentemente los programas que salvan vidas en toda la región para reducir el riesgo de que aumente el número de niñas y niños desnutrido en la zona de África y en otras partes del mundo.
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