Solo un 37 % de las aguas monitorizadas en la UE presenta un estado ecológico 'bueno' o 'alto'

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22/10/2024 - 18:30
Imagen de un río

Lectura fácil

Un tercio de los lagos, ríos, estuarios y aguas costeras monitorizadas en la UE, es decir, un 37 %, se encuentra en un estado ecológico calificado como ‘bueno’ o ‘alto’, mientras que un 29 % presenta un estado químico considerado ‘bueno’.

En contraste, las aguas subterráneas de Europa están en mejores condiciones, con un 77 % en buen estado químico y un 91 % en un estado cuantitativo adecuado en términos de suministro.

Los desafíos de las aguas en Europa

Estas conclusiones se extraen del informe titulado ‘El estado del agua en Europa en 2024: la necesidad de mejorar la resiliencia hídrica’, elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y publicado este martes. Esta evaluación es la más completa sobre la salud de las masas de agua en el continente.

"La situación de las aguas en Europa es preocupante. Nuestros cuerpos de agua enfrentan desafíos sin precedentes que ponen en peligro la seguridad hídrica del continente", destacó Leena Ylä-Mononen, directora ejecutiva de la AEMA.

Ylä-Mononen añadió que “es crucial intensificar nuestros esfuerzos para recuperar la salud de nuestros ríos, lagos, agua costera y otras fuentes hídricas, garantizando así que este recurso esencial sea resistente y seguro para las futuras generaciones”.

Los desafíos hídricos en Europa

La contaminación, la degradación del hábitat, los efectos del cambio climático y el uso excesivo de recursos de agua dulce ejercen una presión sin precedentes sobre los lagos, ríos, aguas costeras y subterráneas en Europa. El informe indica que Europa no está cumpliendo sus objetivos de mejorar la salud según las normativas de la UE.

La agricultura se identifica como la principal causa de presión sobre las aguas superficiales y subterráneas, debido al consumo de agua y a la contaminación generada por el uso intensivo de nutrientes y pesticidas.

De hecho, la agricultura es, con mucho, el mayor consumidor neto de agua en Europa. Si no se implementan cambios en las prácticas agrícolas, se prevé que la demanda de riego aumente debido al cambio climático, según el informe.

Los ecosistemas acuático

Además, el documento señala que, a pesar de algunos avances, el agua y los ecosistemas acuáticos de Europa siguen sufriendo graves consecuencias por sustancias químicas, especialmente por la contaminación del aire generada por la producción de energía a partir del carbón y por la contaminación difusa de nutrientes y pesticidas provenientes de la agricultura.

La degradación del hábitat también es un problema extendido. La tarea de proteger los ecosistemas acuáticos se complica aún más por el cambio climático, que altera los patrones climáticos y aumenta la presión sobre los recursos hídricos y su gestión.

El proceso limitado

La AEMA señala que las acciones emprendidas por los países de la UE han conseguido evitar un mayor deterioro de la calidad del agua en la región, abordando ciertos tipos de contaminación química y mejorando las perspectivas de algunas especies, como mejillones y crustáceos. Sin embargo, no se ha observado una mejora general desde el último ciclo de evaluación.

Las subterráneas son una fuente crucial de agua potable y son esenciales para el medio ambiente, la agricultura y la industria, pero aún enfrentan problemas de contaminación por pesticidas y nutrientes.

La Directiva Marco del Agua (DMA) de la UE fijó el año 2015 como plazo para alcanzar un buen estado de las aguas superficiales y subterráneas, con una extensión hasta el 2027 como máximo. A la luz del ritmo actual de progreso, es poco probable que se cumpla este plazo, según el informe.

Las estrategias para reducir el estrés hídrico

Por lo tanto, la AEMA sugiere reducir el uso del agua y mejorar la eficiencia para mitigar el estrés hídrico en la agricultura, la industria y los hogares. Establecer objetivos que se centren en la conservación del agua y en la disminución de la demanda podría facilitar la acción y el seguimiento del progreso hacia una mayor resiliencia hídrica.

También se propone reducir las presiones y prevenir la contaminación, así como disminuir el uso y evitar la liberación de sustancias nocivas y nutrientes en el agua.

La restauración de la naturaleza, que incluye la reconexión de ríos con sus llanuras de inundación y la rehabilitación de humedales y turberas, podría dar lugar a ecosistemas de agua dulce más saludables y diversos, capaces de proporcionar agua de buena calidad, almacenar carbono y mitigar los efectos de fenómenos climáticos extremos, según el informe.

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