El ahorro en los hogares españoles

La tasa de ahorro en los hogares españoles está en continuo descenso, situándose en el 14,8% de la renta disponible.

El ahorro es la base del bienestar futuro, pero España es uno de los países que menos capacidad de ahorro tiene dentro de la Unión Europea.

Dificultades para el ahorro en los hogares españoles

Según el Insituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de ahorro de los hogares españoles está en su valor más bajo desde 2008, año en el que comenzó la crisis.

Al análisis de Finanbest le lleva a motivar esta situación la poca cultura ahorradora que tradicionalmente han tenido los españoles. Además, hay que añadir la crisis económica que han sufrido los últimos años y su consecuente caída de salarios, afectando negativamente la tasa de ahorro de manera directa.

España en Europa

A nivel internacional, la situación en la que se encuentra España en este momento, tampoco es optimista. España es el cuarto país de Europa que menos ingresos netos destina al ahorro,- según la OCDE y datos publicados por Statista. Sólo se sitúa por encima de Polonia, Finlandia y Lituania.

Si lo analizamos en base al sexo, las mujeres, pese a ser más planificadoras y precavidas a nivel financiero, tienen menor capacidad de ahorro que los hombres. Lo que se debe principalmente a la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres, que continúa siendo muy significativa.

Según Finanbest, la cultura de la inversión en vivienda es otro de los motivos que agudiza esta caída. En los hogares españoles continúa la tendencia de disponer de una vivienda en propiedad, por ello tienen menos capacidad para ahorrar, ya que gran parte del esfuerzo económico que hacen va destinado a dicha compra.

Prioridades de ahorro

El ahorro de los hogares españoles se cifra en 28.811 millones de euros, de acuerdo a datos de Selfbank. Los viajes, los imprevistos, la educación y la jubilación forman parte de las prioridades de los españoles.

Self Bank propone tener control de las finanzas: conocer cuánto ingresamos y cuáles son los principales gastos mensuales. Una vez realizado este paso, realizar una planificación; reduciendo los imprescindibles y estableciendo un plan de ahorro. Una posibilidad sería la regla 50-30-20. Destinando: 50% del sueldo destinado a necesidades básicas, el 30% a caprichos y el 20% del total al ahorro.