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Una de las joyas de Valencia, La Albufera, ha experimentado un descenso súbito de la cantidad de agua recibida entre el 1 de octubre de 2017 y el 30 de septiembre de 2018 las fechas que delimitan el llamado año hidrológico.
El lago recibió en aquel periodo 173,8 hectómetros cúbicos, un 17 por ciento menos de los 210 que el Plan Hidrográfico del Júcar tiene establecido como el mínimo necesario para su conservación, y el menor caudal desde 1995.
El humedal de la Albufera se encuentra desde hace años en situación crítica y está afrontando las amenazas que surgen del cambio climático
Faltaban 43,7 hectómetros cúbicos para llegar al nivel mínimo y a pesar de que la normativa prevé que la Confederación Hidrográfica del Júcar debe ejecutar en tales casos "las actuaciones que permitan atender las necesidades hídricas del lago".
El organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica solamente realizó una aportación directa de 7,5 hectómetros, procedente de los ríos Turia y Júcar y del sistema de acequias.
Teodoro Estrela, jefe de la oficina de planificación de la Confederación Hidrográfica del Júcar, admite que fue insuficiente.
"Nos movemos con predicciones de lo que va a pasar en los próximos meses. La previsión que teníamos era mala, pero no tan mala", comentaba Estrela
En cuanto vieron que no se cumplían los mínimos, tomaron medidas de urgencia para transportar el agua que pudieron.
Dicen que se tendría que haber actuado antes, pero Estrela comenta que no se han producido daños ecológicos sobre el lago.
Y es que el año hidrológico 2017/2018 fue especialmente seco. El lago recibió 47 hectolitros de aportaciones naturales, como lluvia y corrientes subterráneas.
Le llegaron 113 de las acequias de riego y 6,4 de la red de depuradoras, tal como consta en el informe de seguimiento del Plan Hidrológico del Júcar, cuyo contenido ha adelantado Levante-EMV.
El siguiente año hidrológico, que arrancó con dos fuertes temporales azotando la Comunidad Valenciana, fue, en cambio, más lluvioso de lo habitual, y la Albufera recibió en total 270 hectolitros cúbicos, destaca Estrela.
Dejar de verter residuos
Desde el Ayuntamiento de Valencia, con competencias sobre el lago, también exige mayores aportaciones directas. "Sin el Júcar, la Albufera difícilmente puede vivir", afirma el alcalde Joan Ribó.
Sergi Campillo, concejal de Ecología Urbana, reclama a la Confederación Hidrográfica que se revisen los planes de cuenca para que el lago reciba del río un caudal directo mínimo de 70 hectómetros cúbicos anuales.
Y es que la falta de agua y la contaminación por exceso de nutrientes, señala, hace que crezcan las microalgas en suspensión y el agua se vuelva verde.
Campillo también denuncia que el Júcar ha reducido los aportes de agua a la laguna en los últimos 30 años.
"Ya hemos anunciado que actuaremos y tomaremos las medidas que sean necesarias para defender los intereses del parque natural y proteger la tercera zona húmeda más importante de España y una de las zonas húmedas más importantes de Europa", asegura el concejal de Ecología Urbana.
La representante de Acció Ecologista-Agró en la Junta rectora de la Albufera, Lucía Moreno decía que el colapso que afecta al Mar Menor lo sufrió el lago valenciano en los años 70 y aunque ahora está mejor, no se ha recuperado totalmente.
Comenta que es urgente evitar el vertido de aguas residuales al lago por lo que apremia a las Administraciones para que remodelen los colectores.
La portavoz de Acció Ecologista-Agró también considera esencial mayores aportes de agua del río.
Recalca que no se debe de verte agua de depuradoras sino que solamente se debe echar el agua del regadío.
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